el blog de reseñas de Andrés Accorsi

viernes, 19 de abril de 2024

OTRO BACHE PROLONGADO

Muchos días sin leer y más días sin postear... Un suplicio. Pero bueno, estoy poniendo en marcha otras cosas, ocupándome un poco de otros temas... Hoy tengo para contarles que le entré al Vol.7 de Monster, el infinito laberinto del terror de Naoki Urasawa. El manga más enroscado y estirado que leí en mi vida, siempre repleto de giros impredecibles (algunos demasiado bizarros) y de nuevos personajes a los que Urasawa les da muchísimo protagonismo (un ratito) para luego revelarnos que su rol en la trama es (o va a ser) mínimo. Aparece un abogado dispuesto a defender a Tenma en un juicio, y agarrate: mil páginas en las que el autor desarrolla a este tipo, nos cuenta todo acerca de él, su pasado, su familia, lo que siente, lo que lo decide a ir al frente, lo hace interactuar con personajes que ya estaban de antes, le mete su propio elenco de secundarios... un delirio. Por suerte en este tomo puntual, Urasawa no se va tanto por las ramas. La mayoría de las escenas se centran o bien en Tenma o bien en Eva Heinemann, obviamente rodeados de un montón de personajes acerca de los cuales el autor quiere que sepamos TODO. En Monster, cada puntita que asoma, por escasa que sea su conexión con el conflicto principal, se convierte en una trama en sí misma. En un momento, alguien averigua que "Johan" de chico leyó un cuentito infantil... ¿para qué? Páginas y páginas de tooooda otra investigación acerca de ese librito de cuentos, quién lo escribió, por qué, dónde está ese tipo, cómo conecta con lo que pasó después, qué sabe, qué no sabe... Tarde o temprano, toda esa punta argumental por ahí echa luz sobre un detalle mínimo del pasado del principal villano de la serie, y podría considerarse una piecita más que Urasawa nos brinda para armar el rompecabezas. Pero las revelaciones son poquísimas (y poco relevantes), no es proporcional al desarrollo que le da el autor a cada elemento que introduce en la ecuación. Entonces, aunque esté todo narrado de manera magistral (y dibujado como los dioses), sentís que estamos dando vueltas al pedo, que el manga se conforma con generar suspenso, que se juega todo al clima opresivo, pero que no busca resolver nada. Monster es un equipo que tiene la pelota 80 de los 90 minutos, pero no patea al arco contrario. Lo único bueno que tiene esta forma de abordar el relato es que se lo siente muy realista. Es lo contrario de esas películas yankis en las que todo está jugado a la acción, y hay chotocientas persecuciones, y el protagonista zafa todo el tiempo de peripecias imposibles, y nadie para la bocha un minuto para pensar qué está pasando y por qué. Lo único en lo que Monster se parece a ese tipo de relatos es en que, por lo menos en mi caso, ya estoy convencido de que Tenma va a llegar vivo al final de la obra, pase lo que pase, y más allá de lo jodido que se pueda volver el choque final con Johan. El resto me resulta, si no divertido, por lo menos original, porque no conozco otras obras de este tipo que estén contadas con esta extensión, este ritmo y este nivel de complejidad.
Salto a Francia, año 2022, cuando Dupuis publica el Vol.56 de Las Aventuras de Spirou y Fantasio, donde debuta una nueva dupla de guionistas, integrada por Benjamin Abitan (escritor y conductor de radio) y Sophie Guerrive, autora de la notable Tulipe et Le Club des amis. ¿Qué hacen los nuevos guionistas ni bien llegan a la emblemática y longeva serie? Matar a Spirou. Sí, en este álbum vemos morir al querido botones pelirrojo. Y todavía no lo resucitaron (en parte porque sigue apareciendo en las series "no canónicas", que iban en paralelo a la principal). El álbum ofrece 56 páginas de historieta, que tienen todo un costado "meta". Acá nos cuentan que la editorial Dupuis está festejando sus primeros 100 años, y que obviamente Spirou y Fantasio no pueden faltar en esa celebración, lo que plantea un universo en el que los personajes están en el mismo nivel de realidad que quienes publican sus libros. Esto no es nuevo, lo había inventado André Franquin en la época de Gaston Lagaffe. Y hablando de Franquin, "La Mort de Spirou" retoma el plot de la ciudad submarina de Korallion, a la que nuestros héroes ya visitaron en Spirou et les Hommes-Bulles, uno de los míticos álbumes de la época de Franquin. La aventura, que al principio parece sencilla, en un momento se complica, al punto que no sólo muere el personaje principal, sino que ni siquiera se termina de resolver el tema de Zorglub y su vínculo con lo que está sucediendo en Korallion. En Febrero salió el Vol.57, a cargo de los mismos autores, pero la verdad que no sé si es o no una secuela de este álbum, que indague un poco en las consecuencias de todo lo que pasa acá. Sospecho que sí, pero no lo leí, ni conozco a nadie que lo haya leído. Ya el hecho de que los autores no hayan recibido un puntapié en el orto, tras la reacción de un público entre estupefacto e indignado por la muerte de Spirou, me hace suponer que la editorial les aprobó un plan a largo plazo, en el que todo -de alguna manera- va a tener sentido y se va a acomodar satisfactoriamente. El dibujante de "La Mort de Spirou" es el maestro Olivier Schwartz, a quien ya vimos a cargo de alguno de los álbumes "no canónicos" del personaje que reseñamos acá en el blog. Schwartz debe ser el tipo que mejor conjuga la tradición, o la estética vintage, con el gusto de los lectores contemporáneos. Con su línea prolijita, amistosa, por momentos muy tributaria de la de Yves Chaland (pero más tranquila), Schwartz te lleva sin el menor esfuerzo a través de páginas con muchas viñetas, algunas muy chiquitas, algunas muy cargadas de texto. Y cuando rompe la grilla clásica para meter cuadros más grandes la descose toda. Incluso en las viñetas chiquitas la descose toda. Pero en las más grandes, su dibujo se luce más, te golpea más fuerte las retinas con ese preciosismo perfectamente apuntalado por la paleta de colores que utiliza un inspiradísimo Alex Doucet. Obviamente, si nunca leíste Spirou, no empieces por acá. Esto no está pensado para captar nuevos lectores. No es "La Muerte de Superman" (hablando de íconos del Noveno Arte nacidos en 1938), sino que Abitan y Guerrive lo presentan como un inesperado punto aparte (quizás final) en medio de un camino largo que abarca años y años de lore y tradición que conviene conocer previamente. Nada más, por hoy. Espero volver a postear pronto. Gracias por el aguante y buen finde.

1 comentario:

Mayonesa dijo...

Cuidado con confundir instinto con intuición, uno surge de las influencias de la mente del ego, el otro de las influencias de la mente que la trasciende y que está cuánticamente interconectada con otras mentes que se comunican entre sí como diferentes computadoras conectadas a internet.

Muchos dicen que confían en sus instintos, pero eso está principalmente vinculado a la mente del ego que hace que se tomen acciones que en la mayoría de los casos generan consecuencias kármicas.

El dicho de contar hasta 10 antes de realizar cualquier acción tiene que ver con no seguir el instinto de la mente del ego, porque el ego tiene como raíz el dualismo por lo que siempre actúa creando divisiones de algún tipo que generan otras consecuencias dualistas.

Para una intuición necesitas más energía, necesitas establecer una sintonía con una frecuencia, despejar tu mente y escuchar profundamente antes de establecer una conexión que ofrezca una visión diferente a las ya conocidas.

Mientras que la mente del ego habla incluso sin ser consultada a menudo, como una propaganda hipnótica, y actúa eficazmente sobre aquellas almas que se sienten más cómodas dentro de ella y no consideran ciertos efectos en el tiempo.

Se puede reconocer uno del otro por su repetitividad...

Si te dicen cosas que todo el mundo hace exactamente igual y el mundo va bastante mal también debes entender que no estás siguiendo el mejor camino.

Algunos también habrán notado que a veces resulta difícil despejar la mente de ciertas cosas, precisamente porque se ha producido un bombardeo de frecuencias que también resuenan en el éter y rebotan, y pueden ser necesarios varios días para liberarse de estas energías.