el blog de reseñas de Andrés Accorsi

martes, 21 de febrero de 2012

21/ 02: GREEK STREET Vol.2

Y era cierto lo que decían los críticos yankis, nomás. El segundo tomo de esta serie (que empecé a leer en algún momento de 2010 y dejé colgada hasta ayer) no logra ni por casualidad mantener el asombroso nivel del primer tomo. Ojo, no se va al descenso directo. Claramente, mantiene un interés más que suficiente como para que uno quiera seguir leyendo (aunque sólo queda un tomo más, ya que la serie fue prematuramente cancelada, luego de apenas 16 episodios), pero más claramente aún, la inspiración con la que Peter Milligan sorprendió en el primer arco, se fue para no volver.
El principal problema, me parece, es que Milligan cerró mucho el “universo”. Okey, no podés tener 15 ó 20 protagonistas como en Fables. Pero cinco es poco. Sobre todo si tu idea para el segundo tomo es que los protagonistas de TODAS las secuencias del Vol.1 intereactúen permanentemente entre sí. En el primer arco, las historias de Eddie (Edipo), Sandy (Casandra), Lord Menon (Agamenón), Mischa (Medea) y el detective Dedalus (Dédalo) se tocaban, pero poco, eran casi paralelas. Era lógico que, en algún punto de la serie, varias de ellas iban a confluir, pero había que dejarlas madurar un cachito más. Cruzar a los cinco tan de golpe, y de modo tan intenso, en el segundo arco da sensación de torpeza, de desesperación, de cosa forzada, traída de los pelos. No digo que sea un cagadón, porque de la interacción entre los personajes salen situaciones interesantes. Pero en un punto más avanzado de las tramas, esto mismo garparía mucho más. De todos modos, es ciencia-ficción, porque sólo queda por delante un puñadito de episodios. En la práctica (y no sé si Milligan manejaba este dato), los personajes se terminaron cruzando a la mitad de la serie.
El otro problema, mucho menor, es que este segundo arco baja mucho la impronta sexual de Greek Street. Hay un yiro que baila en un cabarulo y unos zarpados que filman pelis porno, pero se ve muy poco, se hace poco énfasis en ese aspecto, que estaba muy presente en el primer arco. Sospecho que más de un pajero habrá comprado este comic porque le dijeron que había garches al por mayor y al leer estos episodios habrá dicho “nah, me chamuyaron”, y no lo compró más.
Lo que no baja para nada es el nivel de violencia, gore y mala leche. En ese rubro, Greek Street sigue siendo peligrosamente filosa. Acá vemos balazos, explosiones, mutilaciones, cuchillazos letales, sesos fuera de los cráneos y hasta un tipo que le mea la cara a otro. Una joyita de la buena educación, como para publicarla en la Billiken. Muchas de estas guarradas están puestas en función de una trama policial dura, la de la guerra de bandas entre mafiosos griegos y chinos, y otras no, otras son cuasi-gratuitas, sobre todo las que tienen que ver con Medea, que es una especie de Wolverine descontrolado y con buenas tetas.
Además de poco sexo y mucha violencia, hay buenos desarrollos de los personajes secundarios y –sobre el final- una linda vuelta de tuerca que tiene que ver con la familia de Sandy. Pero vamos a lo más notable de Greek Street, que es el dibujo.
Impresionante lo que pela acá Davide Gianfelice. Tiene un sólo problema, muy menor, y es que TODAS las minas le salen demasiado lindas. Y con unos cuerpazos monumentales. Hasta Sandy, que tiene 15 años, parece una estrella porno recién cirujeada. Si le perdonamos ese detalle, a Gianfelice hay que aplaudirlo de pie. En su estilo conviven los dibujantes con más onda de la escuela Bonelli (Giancarlo Caracuzzo, Nicola Mari...) con dibujantes de trazo recontra-estilizado de los que habitualmente publican en EEUU, como Eric Canete o Humberto Ramos. El resultado es alucinante y está sostenido en una narrativa excelente, que por momentos le debe algo a lo que hacía Eduardo Risso en 100 Bullets, el greatest hit de Vertigo en lo que a crimen urbano se refiere.
Greek Street pasó de un tomo a otro de ser fundamental a ser... no sé si prescindible, pero sí de segunda línea. Me queda por leer el último tomo, a ver si Milligan pega un volantazo más y me vuelve a impactar como en el arranque.

1 comentario:

Arion dijo...

No he leído Greek Stret, pero Milligan siempre ha estado entre mis favoritos. Quizá lo mejor para mí sería empezar con los primeros números.

Tienes un muy buen blog e imagino que el mío podría interesarte:

www.artbyarion.blogspot.com

Justo ahora acabo de comentar el primer volumen de The Unwritten.

Saludos.