Estos libritos los liquidé
entre viernes y sábado, pero recién hoy tengo un rato para reseñarlos.
Empiezo con el Vol.3 de
Oyasumi Punpun, del maestro Inio Asano. Lejos, el mejor de los tres tomos que
leí hasta ahora. Al autor no le tiembla el pulso a la hora de dejar
completamente de lado los elementos de misterio o de thriller para centrar el
relato 100% en los vínculos afectivos entre los personajes. Y sí, todavía
tenemos detalles limadísimos como el hecho de que Punpun y su familia estén
dibujados como pajaritos-fantasmas, o esas contorsiones grotescas que Asano
dibuja en los rostros de los adultos, o el famoso conjuro para que aparezca
Dios y los diálogos entre los humanos y el susodicho. Pero este tercer tomo se
abraza a un nivel de realismo donde el verosímil no se daña prácticamente nunca
y donde las tramas que tienen que ver con los sentimientos ganan en
profundidad.
En la primera mitad del
tomo, Asano arma un clásico triángulo de amor bizarro, que se enriquece a
medida que se fortalece el vínculo entre dos pibes que están enamorados de una
misma minita. Todo esto contado de un modo casi tragicómico, pero absolutamente
realista. Para la segunda mitad del tomo, Punpun prácticamente desaparece y
Asano pone el foco en Yuichi, el tío del protagonista, que acá pasa de ser un
secundario más a tener un rol destacadísimo, y a ser el personaje con el que
claramente nos vamos a identificar los solteros mayores de 30 que entremos al
mundo de Oyasumi Punpun. Este tramo centrado en Yuichi es brillante, es el lado
B de la clásica comedia romántica de ambientación urbana, con unos flashbacks,
unos diálogos y unos silencios absolutamente memorables. Ojalá en los próximos
tomos tengamos siempre 100 páginas en las que todo pase por la vida sentimental
del tío Yuichi.
En cuanto al dibujo, Asano
y su legión de asistentes nos sepultan bajo un alud de talento, onda, poder de
observación y capacidad para generar climas cautivantes. Realmente es obsceno
lo bien dibujado que está Oyasumi Punpun. Prometo entrarle pronto al Vol.4 y
felicito a Ivrea por haber completado la publicación de esta serie.
Me voy a EEUU, a 2015,
cuando el gran Brian Wood se pone al hombro la serie de Moon Knight que habían
lanzado nada menos que Warren Ellis y Declan Shalvey (ver reseña del 19/06/17).
Wood forma equipo con Greg Smallwood (sí, es en serio, Wood y Smallwood) para
seis numeritos que, para mi propia sorpresa, me gustaron más que los de Ellis y
Shalvey. El dibujo de Smallwood, si bien no es tan original como el de Shalvey,
está buenísimo, con mucho riesgo y muchos aciertos en materia de planificación
del relato gráfico y un ensamblaje muy logrado con la paleta de la siempre
eficaz Jordie Bellaire. Creo que nunca había leído historietas de Greg
Smallwood, pero lo que despliega en Moon Knight me alcanzó para hacerme fan.
De Brian Wood (como puede
dar fe cualquiera que siga hace un tiempo este blog) ya era fan desde hace mil
años, así que no me sorprendió para nada la cancha con la que el maestro toma
los nuevos conceptos que introdujo Ellis en el TPB anterior y los eleva un par
de escalones más. El primer episodio da la sensación de ser un unitario, cuando
leés el segundo notás que hay algo más, algo que avanza por atrás de la trama
central sin resolverse, y cuando te querés dar cuenta, Wood te atrapó en las
redes de un arco argumental extenso, complejo, repleto de sorpresas impactantes
y dilemas morales espesos. Lo único que no tiene este tramo es desarrollo de
personajes secundarios. El resto está y es impecable, pero sobre todo atípico.
Tan atípico que en la resolución final del conflicto (perdón por no dar muchos
detalles) casi no hay lugar para la violencia.
Gran saguita de Moon
Knight, muy autoconclusiva, muy recomendable incluso para el lector que no
suele visitar el Universo Marvel, porque Wood la ambienta en una New York rara,
en la que a nadie se le ocurre siquiera mencionar a otros superhéroes, como si
se tratara de un comic de otra editorial, de un título creator-owned de Image o
Dark Horse. A la serie le queda un sólo TPB más, en el que el personaje pasa a
manos de Cullen Bunn, así que yo cuelgo acá. Y eventualmente le entraré a la
serie que arrancó en 2016, de nuevo con Smallwood como dibujante, pero ahora
con Jeff Lemire (otro fetiche de este blog) al frente de los guiones.
Nos reencontramos pronto
con nuevas reseñas, acá en el blog.
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