Hoy tengo para reseñar dos
libros creados con sólo un año de diferencia, tan distintos entre sí que sirven
para ejemplificar con una elocuencia contundente lo diverso y variado que es el
mundo del comic.
En 2015, cuando se
cumplían los 70 años del fin de la Segunda Guerra Mundial, se publicó en Japón
el libro que luego ECC España lanzaría en 2017 con el nombre de Trágica
Derrota. Es un recopilatorio con seis historietas en blanco y negro,
íntegramente realizadas por Nozoe Nobuhisa. El mangaka crea estas historias en
base a testimonios de hombres y mujeres que sobrevivieron a la Segunda Guerra
Mundial, o sea que -70 años después de la misma- tienen todos más de 85 ó 90
años. Nobuhisa toma los recuerdos de estos viejitos y viejitas para darle forma
a historias muy humanas, que nos invitan a ver el lado menos épico de la
contienda, a revivir esos días históricos desde una mirada más íntima, más
cercana, pero no por eso menos escalofriante.
Son todas historias
tristes, crepusculares, repletas de sacrificios, padecimientos, injusticias,
pero también nobleza, resilencia, perseverancia en los valores y en las
convicciones. Y amor, también, ¿por qué no?. Nobuhisa narra a un ritmo ágil,
sin colgarse en detalles innecesarios, sin resignar la creación de climas
hostiles, agobiantes. Son historias con poco énfasis en la acción y mucho en la
reflexión, en la recreación de hechos traumáticos, que marcaron para siempre a
estos hombres y mujeres.
El dibujo es de una
belleza infrecuente, con unas texturas alucinantes, tonalidades agregadas en el
photoshop, fotos retocadas para mostrarnos barcos, aviones y tanques, efectos
locos en los fondos de algunas viñetas, una reconstrucción barroca y
preciosista de decorados y paisajes… Realmente es increíble la magia que le
saca Nozoe Nobuhisa al lápiz, que a veces conserva la frescura del trazo sin
entintar. Visualmente esto es tan hermoso que compensa ampliamente el sabor
agridulce que te dejan las historias, en su mayoría muy bajoneras. Si no te
ahuyenta esa impronta testimonial con rienda suelta para la amargura, con
Trágica Derrota no podés perder. Y si sos fan de la Segunda Guerra Mundial, o
del manga adulto, profundo, sin chistes ni elementos fantásticos, tenés la victoria asegurada.
En 2016, del otro lado del
mundo, una editorial cordobesa lanza otro comic 100% basado en hechos reales:
la biografía en historieta de Carlitos “la Mona” Jiménez, a cargo del gran
Karlo Lottesberger, quien toma como “guión” una biografía del ídolo del
cuarteto escrita por el periodista Jorge Cuadrado. Esto es a todo color, y en
vez de varias historias autoconclusivas tenemos el primer episodio de una serie
que (creo) nunca continuó.
Estas 52 páginas narran la
infancia de la Mona, sus inicios en el mundo de la música cuando todavía era un
adolescente, sus primeros éxitos y sus primeras grandes conquistas en materia
de mujeres. Lottesberger opta por diálogos breves, casi siempre graciosos, y
complementa cada secuencia con una aparición de la Mona ya adulto, que acota en
primera persona algo acerca de la anécdota del pasado que acabamos de
presenciar. Es una lectura fresca, dinámica, que logra captar el interés de
quienes (como yo) somos absolutos desconocedores del cuarteto, sus grandes
figuras y su gran impacto en la sociedad cordobesa. Este primer tramo de la biografía
(titulado El Tarzán del Barrio) hace bastante hincapié en cómo el éxito le
cambia la vida a un pibe de 15 ó 16 años, cómo esa búsqueda de la consagración
artística modifica su forma de vincularse con la familia, los amigos, las
noviecitas, el futbol, etc. O sea que están muy enfatizadas las emociones,
tanto las alegrías como los sinsabores. El hecho de que la Mona aparezca
narrando o comentando en primera persona me hace sospechar que se trata de una
biografía autorizada, en la que probablemente el ídolo haya decidido dejar
afuera las escenas en las que no queda demasiado bien parado. Pero por ahora,
en este primer tramo, todo suena sumamente auténtico y verosímil.
El dibujo de Lottesberger
acompaña a la perfección este festival de las emociones a flor de piel. Es
dinámico, muy expresivo, con la cuota justa de grotesco, con algunos lugares
dibujados al detalle, para que sean reconocibles por los lectores que
compartieron ciudad y época con esta Mona adolescente, vital, explosiva. El
color está muy bien, el cambio de estilo para que la versión adulta de la Mona
se vea más realista está muy logrado, y lo único raro es esa escena en la que
Carlitos y la chaqueña garchan vestidos. Será para que los padres se animen a
comprar el libro y dárselo a los chicos, digo yo…
En fin, El Tarzán del
Barrio no me dio ni la menor gana de ponerme a escuchar canciones de la Mona Jiménez,
pero sí me generó el interés suficiente como para comprar un segundo tomo (el día
que se publique) y para recomendar este a los fans del astro cuartetero, de las
biografías de músicos hechas en historieta, o del maestro Karlo Lottesberger, a
quien descubrí hace ya mil años en una antología de Loco Rabia y me sigue sorprendiendo
cada vez que encuentro un trabajo suyo.
Nada más, por hoy. Gracias
a todos los que se acercaron a saludarme y a sacarse fotos conmigo en la Crack
Bang Boom, y nos reencontramos pronto con nuevas reseñas, acá en el blog.
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