Encontré un ratito para
escribir reseñas, pero es un ratito muy corto, así que voy a ser muy breve.
The Troublemakers es un
hermoso libro publicado por una editorial ignota de Canadá, que reúne seis
historias cortas de Baron Yoshimoto, un mangaka emblemático de los ´60 y ´70,
junto a un magnífico texto del especialista Ryan Holmberg, gracias al cual
aprendí un montón de cosas que no sabía sobre manga y entendí mucho mejor
ciertos subtextos, ciertos elementos que subyacen en las historietas que ofrece
el tomo.
Baron Yoshimoto es un
dibujante realmente prodigioso, con un dominio de la narrativa que me dejó
atónito, perplejo, estupefacto. Se formó en el palo del gekiga, pero no se
convirtió en clon de Takao Saito ni de Yoshihiro Tatsumi. En las distintas
historias del libro adopta rasgos novedosos, se adapta muy bien a la onda de
los guiones y exhibe una atención por los detalles que no es frecuente en los
mangas de los ´60. En la última historieta, The Girl and the Black Soldier,
pareciera que Yoshimoto se propuso imitar a los autores de superhéroes de la
Silver Age. Son 60 páginas que gráficamente desentonan con el resto del tomo,
porque parecen dibujadas por un japonés que aprendió a hacer historietas
leyendo a Joe Kubert, Jack Kirby y John Buscema. Por supuesto Yoshimoto no te
mete los bloques de texto zarpados que caracterizan al comic yanki de esa
época, por eso nos narra en 60 páginas lo mismo que Kubert narraría en 16. Pero
está esa misma intensidad, la misma grandilocuencia, la puesta en página
totalmente yanki, las angulaciones, las transiciones. Increíble la metamorfosis
de Yoshimoto para esta historieta.
Y bueno, como seguro ya
todos saben, en Japón no es tan frecuente la división del trabajo entre
guionista y dibujante, y así es como cualquier grosso del lápiz y la tinta
termina escribiendo sus propias historias como si supiera. Yoshimoto tiene un
guión bastante digno (el de The Girl and the Black Soldier) y uno perfecto:
Eriko´s Happiness. Los otros cuatro, sin ser impresentables, están bastante por
debajo de estos dos y de lo que uno espera cuando se propone intenarse en la
obra de un autor con tanta chapa como Yoshimoto. ¿Recomiendo el libro? Sí,
obvio, por los dibujos, por las dos historias que están de buenas para arriba y
por el texto de Holmberg, que es una maravilla en sí mismo.
Me faltaba Messi, ¿se
acuerdan? El otro día, cuando resñé Pumbapá… Bueno, apareció Messi. Y clavó un
hat trick memorable. En Historietas Surtidas, el sello Comiks Debris reunió 48
páginas inéditas escritas y dibujadas por el imparable Chanti, con una mezcla
en la que aparecen Cachito y Chorlito, el Historietero, personajes de Payunia
City, el Sincola y otros personajes a los que nunca habíamos visto (y
probablemente nunca volvamos a ver).
Chanti te pinta la cara
hasta con el rejunte, hasta con las sobras de lo que quedó afuera de sus otros
libros (que son muchos). Guiones, dibujos, color, diseño de personajes,
rotulado… todo está demasiado bueno. Las historietas destilan ingenio, se
animan a transgredir mínimamente las reglas que rigen al típico producto apuntado
a los chicos, es original, es autorreferencial, tiene un oído increíble para
los diálogos, un ojo infalible para las expresiones de cuerpos y rostros… Un
capo. Si tengo que elegir una historieta del tomo, voy con Amor a Toda Costa,
dos paginitas preciosas. Pero hay mucho, incluso varios estilos de dibujo,
porque Chanti se anima también a saltar de un registro a otro en las distintas
series y relatos unitarios. Regalazo para los más chicos, que además te va a
proveer 15 o 20 minutos de entretenidísima lectura a vos que sos grande para
leer historieta infantil.
Y nada más, por hoy. Ya vi
la peli de Birds of Prey y Harley Quinn, pero hay que esperar hasta el miércoles
para publicar las críticas. Es probable que antes del miércoles postee reseñas
de algunos comics que ya estoy empezando a recorrer. Gracias y hasta pronto.
1 comentario:
Es un laburo encomiable el de Holmberg, ya que básicamente las ediciones en inglés de los autores de la 'Garo' y del gekiga en general están mediadas por él (como mencionó alguna vez, el suele llevar proyectos a las editoriales). Y si bien, hay ediciones en castellano de algunos títulos, estas no traen todo el aparato contextual e informativo que Holmberg suele meter (sus columnas en The Comic Journal sobre manga alternativo están muy buenas, más allá de que uno no comparta o acuerde con todas sus opiniones).
El libro de Yoshimoto (que está en Angouleme junto a otro groso como Tsuge) está muy bueno. El del coreano me encantó, y en parte con las notas de Holmberg se disfruta más al entender la relación de subordinación Corea-Japón a lo largo del tiempo y como desenmascara la xenofobia de los japoneses (me quedo con ganás de leer la obra de Tezuka que trata sobre lo mismo).
En fin, se vienen un par de libros de Tsuge con anotaciones de Holmberg a los que le tengo ganás.
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