miércoles, 9 de septiembre de 2020
SOLANIN
Me compré este manga en 2009, cuando se editó en EEUU, sin saber con qué me iba a encontrar, ni tener la menor idea de quién era Inio Asano. No había muchas referencias en ese momento, porque no tenía otros mangas publicados fuera de Japón. Pero algo me interesó como para timbearle los mangos que valía la edición de Viz. Lo leí ni bien me llegó y el resultado está a la vista: llevo once años predicando la palabra de Asano, comprando todas las obras que le publican en Occidente y recomendándolo a full a los lectores que quieren leer otro tipo de manga. Hace un par de años dejé de hinchar las bolas para que se empezara a publicar en Argentina, porque felizmente alguien en Ivrea se enamoró como me enamoré yo de las obras de este monstruo, y empezaron a salir ediciones nacionales de las obras del ídolo con bastante regularidad. Cuando se anunció la edición de Solanin con extras que en 2009 no existían, no dudé en hacer guita el libro de Viz y comprarme el de Ivrea. Y con la excusa de tener en la mano una nueva edición y algunos contenidos que nunca había visto, me lancé a releer este clásico contemporáneo que tan feliz me había hecho años atrás.
Sí, no tengo problema en admitirlo: ese nivel de dibujo que en 2009 me había impactado y parecido glorioso, hoy lo comparo con los trabajos más recientes de Asano y me resulta bastante precario. Comparado con comics de otra gente, sigue siendo genial, pero los saltos que pegó este autor de Solanin para acá son tantos y tan brutales, que hoy a nivel gráfico esta obra quedó muy atrás de las más actuales. La brecha se nota grosso en este capítulo extra que incluye la edición argentina, donde vemos dibujos de Asano unos 10 años posteriores a los del grueso del tomo, y ahí está todo dicho. El libro te permite ver esa evolución tremenda con sólo pasar de una página a la siguiente. Te imaginás como se vería todo este librazo dibujado así, con la calidad del Asano más actual, y lo empapás todo con baba.
El guion me volvió a parecer excelente, pero esta vez me quedó más claro que antes que Asano empezó el manga sin saber cómo iba a terminar. La historia fluye de modo muy natural, muy parecido a como pasan las cosas en el mundo real, y todo me hace sospechar que no había un plan muy definido, sino que el autor dejó que los personajes se desarrollaran e impulsaran la trama hacia adelante sin demasiado rigor, sin demasiado cálculo. Digo yo, eh? No se me ocurren motivos para darle al personaje de Taneda el protagonismo que le da Asano en la primera mitad de la obra, si ya estaba decidido lo que le va a pasar a Taneda y cuál va a ser su función en el argumento durante la segunda mitad. De todos modos, esto queda opacado por el desarrollo de Meiko, sin dudas el personaje principal, al que Asano le asigna el rol de llevar adelante el grueso de la trama, de ponerse al hombro la historia y de convertir a sus sentimientos en el eje sobre el cual van a girar casi todas las situaciones que tendrán lugar en Solanin.
Y de nuevo lo que más me gustó fue la onda, la forma en que Asano recorre el fértil terreno del costumbrismo. Este es un manga que saca materias primas para construir su relato de cosas tan palpables, tan cotidianas como son los sueños de los jóvenes, sus inseguridades, sus pasiones, sus boludeces de todos los días, las cosas que dejan atrás cuando (sienten que) maduran, las reglas impuestas por la sociedad que aceptan, las que se pasan por el orto… En 2009 yo nunca había leído un manga así, quizás por eso este me llegó con tanta fuerza. Aún hoy, es difícil igualar a Solanin en este rubro, el del abordaje del slice of life sin caer en lo autorreferencial, ni en el drama por el drama mismo, ni en el grotesco, ni en el panfleto con pretensiones.
Aprovecho que ahora hay edición nacional fácil de encontrar para volver a recomendar enfáticamente Solanin. Mangas como este le hacen mucho bien a la industria, generan mejores lectores y mejores personas.
Nada más, por hoy. Aguante Inio Asano y la seguimos pronto, con nuevas reseñas acá en el blog.
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4 comentarios:
Me pasó lo mismo de percibir el dibujo como pobre tras haber leído Punpun. Algo similar a cuando intenté leer Death Note después de leer Bakuman (y creo que fue algo parecido cuando leí Asterix el galo y ya había leído casi todos los otros... pero fue hace 30 años)
Coincido con lo del dibujo, pero ojo,cuando lo lei por primera vez me volo la cabeza. Punpun esta dibujado por un Dios.
Solanin me hizo querer leer mas manga y mas Asano. Fue amor a primera vista.Una historia tan simple y tan compleja como la vida. Como mi mujer no lee manga le hice ver la pelicula, que esta bastante bien.
Me imagino que a los pibes de veintipico Asano los representa muy bien.
Como dice Andres, lean a Asano, se van a sentir mejores.
off: Bakuman es genial para conocer la industria del Manga.
Por ahora leyendo Pun Pun. Anoto este como el próximo. Debo decir que llegué a PunPun por tu recomendación. Realmente me partió la cabeza, tenía mucho prejuicio contra el manga y este lo barrió, me sacó de un parate de lectura de comics por varios años, ya que todo lo que me ponía a leer me parecia una cagada, o aburrido, o infantil, o mal hecho. Gracias Andres, me voy a rezar a Inio Asano, amen!
Me pone mal el photoshopeo de Asano. Prefiero fondos mitad de tabla y a mano que algo q se ve increíble pero lo sacaron de Flickr y le metieron blanco y negro.
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