viernes, 1 de diciembre de 2023
VIERNES LLUVIOSO
Y cuando estás todo mojado, te leés un comic de Aquaman y listo...
El otro día, cuando nos estábamos por juntar con Gonzalo Ruiz a grabar un episodio de Distinguida Competencia (que se va a poder escuchar desde el lunes en cualquier plataforma), me puse a repasar Kingdom Lost, el TPB de Aquaman que completa la etapa de De Will Pfeiffer y John Arcudi y llega hasta Infinite Crisis. Vendría a ser la continuación directa de los libros que reseñamos por acá los días 26/12/19 y 16/01/20.
¿Está bueno? La verdad que mal no está. Pero al pobre Arcudi lo destrozan cuando le exigen enganchar la saga que él estaba tejiendo con los sucesos de lo que se conoció como el "Countdown to Infinite Crisis". Acá hay una aparición muy forzada de un OMAC, y otra no tan forzada pero con consecuencias funestas de aquel Spectre recontra-sacado que protagonizaba la miniserie Day of Judgement. Para darle bola al embate del Spectre contra Atlantis, la trama descuida el desarrollo de los planes de Ocean Master y manda al banco de suplentes al otro sub-plot atractivo, que era el de Black Manta vinculado a turbios intereses para hacerse con el contro, de Sub Diego. El último episodio tendrá una tensa y satisfactoria venganza de Aquaman contra Manta, pero lo que pasa en el medio del tomo (el cataclismo místico de Atlantis) es tan desolador, que no alcanzan las páginas para quitarte ese sabor a derrota, a tragedia, a "se fueron al carajo". La batalla contra el Spectre deja un saldo de muertos y desaparecidos entre los que están los mejores personajes secundarios de la serie: Koryak, Vulko, Tempest, Mera... para los últimos capítulos sólo queda en pie Lorena Márquez (la nueva Aquagirl) a la que por suerte Arcudi construye como un personaje bastante interesante. Después vendrá el One Year Later y nada quedará como lo deja Arcudi en el nº39. Me imagino que la serie no vendería bien, porque si no, no se explica semejante cirugía mayor sin anestesia.
De los ocho episodios que compila este libro, sólo uno está dibujado por Patrick Gleason, y lógicamente es el mejor. El grueso de las páginas restantes caen en manos de Leonard Kirk, ese dibujante sin imaginación ni onda al que ya padecimos en varios TPBs de la JSA. Acá por lo menos le ponen como entintador a Andy Clarke, el británico de trazo elegante y preciocista, que no se luce tanto como cuando lo dejan encargarse también de los lápices, pero hace su aporte para que el dibujo de Kirk se vea un poco más sólido y menos frío. Y el último número lo dibuja Freddie Williams II, pero muy lejos del nivel que muestra hoy. Me imagino que en 2006 sería muy pibe y estaría dando sus primeros pasos, pero ya a partir de 2009-2010 Williams II se convirtió en un gran dibujante para comics de superhéroes. Y este efímero paso por la serie de Aquaman tampoco es horrible, simplemente está muy por debajo de lo que peló después.
Pero volvamos al material argentino editado en 2023, que si no no se termina nunca. Me gustó mucho El Castillo Rojo, la novela gráfica de Pablo De Santis y Matías San Juan. El dibujo me remitió mucho al de Lucas Varela, incluso se repite el truco típico de Varela de trabajar con una paleta limitada de colores (acá no existen ni el amarillo ni el verde). Pero las similitudes son apenas a nivel de la superficie. San Juan tiene su propia forma de elegir los encuadres y de armar las secuencias, incluso la puesta en página, cuando se despega del esquema de tres tiras de viñetas, no se parece nada a lo que solemos ver en las obras del autor de Paolo Pinocchio. Muy buen trabajo de San Juan, que logra ensamblarse muy bien con los guiones de De Santis. Si te dicen que El Castillo... es la obra de un autor integral que se encarga del guion y el dibujo, te lo creés, de una.
El guion es excelente. Una pena que el texto de la contratapa explicite de modo tan contundente y ponga tan en claro cosas que De Santis revela con el correr de las páginas, siempre de un modo gradual, e incluso algo ambiguo. La premisa de la obra es tan compleja, tan original y tan loca que todo lo que se explique le quita fuerza a lo mejor que tiene El Castillo..., que es el misterio. El clima enrarecido, que hace que el lector desconfíe todo el tiempo de lo que dicen los personajes. Prácticamente no se puede hablar de la trama sin spoilear cosas importantes, revelaciones que De Santis dosifica con mano maestra para mantenernos enganchados (y desconcertados) hasta el final. Digamos que es un misterio ambientado en un contexto futurista, con elementos de ciencia ficción, apoyado en una investigación que sigue los procedimientos del policial pero de pronto suma como elemento importante la exploración del subconsciente (sueños, recuerdos, la identidad misma) no de una persona, sino de un colectivo de... personas, ponele. Sí, es muy raro. Por momentos los diálogos cobran un espesor que me remitió a Twin Peaks, a esa cosa de tratar de estudiar desde lo racional algo que a todas luces es un delirio... o un sueño.
Por ahí transita El Castillo Rojo, con muchas ideas cautivantes y poco énfasis en el hecho de que -tarde o temprano- hará falta la violencia para resolver parte del conflicto, porque está claro que a De Santis no le divierte escribir comics de acción y peleas. Si te copa esa mezcla de hard boiled y futuro crepuscular onda Blade Runner, esto te va a detonar la cabeza.
Vuelvo con Gastón Flores y Sergio Tarquini, una dupla con bastante participación en la antología Avalancha, que vimos por acá hace muy poquito. Silver Sigma es un trabajo 100% inédito, y ofrece una historia completa, con personajes pensados claramente para volver eventualmente con nuevas aventuras.
Lo mejor que tiene Silver Sigma es que en un momento se aburre de ser una típica aventura de ciencia ficción, con naves espaciales, pistolas de rayos y peleas contra alienígenas malos y se mete en un pantano jodido: el del dilema moral. De pronto, con la aparición en escena de Sula y su familia, la machaca y las explosiones pasan a un segundo plano y crece un conflicto más filosófico, atípico en este tipo de historietas. No me parece que esté ni maravillosamente planteado ni maravillosamente resuelto, pero la irrupción de ese elemento en un relato que claramente iba para otro lado me descolocó y me hizo recuperar el interés por ver cómo Flores llevaba adelante la trama de ahí en adelante. De todos modos, hay buenos diálogos y está la intención de no caer en las trampas obvias del género de aventureros espaciales, o sea que la lectura se hace llevadera.
Por el lado del dibujo, bastantes inconsistencias. Me gusta la elección de las acuarelas como técnica para colorear esta historia (me recuerda, en sus mejores pasajes, a cosas que hacían en los ´80 Juan Giménez, Marcelo Pérez o Juan Zanotto), me gusta la puesta en página, el ritmo que elige Tarquini para la historia, y cómo se las ingenia para armar la secuencia cuando le toca lidiar con globos de diálogo gigantes, llenos de palabras. Pero no soy muy fan de cómo maneja la anatomía, le falta personalidad a su trabajo en los rostros, y hay viñetas que sufren de una alarmante falta de dedicación en los fondos. De nuevo: cosas de hinchapelotas, que probablemente alguien que se acerca a esta historieta sin demasiado bagaje previo no note y no señale como algo negativo.
Silver Sigma es una historieta que, a grandes rasgos está bien, pero no le alcanza para descollar, para decir "ah, si este año tenés que comprar sólo cinco libros, este tiene que ser uno". Pero tiene el atractivo suficiente como para captar lectores que por ahí vienen del palo de Star Wars o algo así, y acá encuentran (en una de esas, por primera vez) una historieta de autores argentinos que los interpela y los atrapa. Por ese lado, me parece lógica la apuesta de Rabdomantes de editar este material a todo culo, con un papel y una impresión realmente magníficos.
Nada más, por hoy. Sigo a full trabajando en el próximo número de la Comiqueando Digital y subiendo videos al canal de YouTube de Comiqueando, algunos de los cuales se nutren de experiencias vividas e imágenes grabadas en mi gira por España, Francia y Bélgica. Ni bien tenga más libros leídos... lo de siempre, serán reseñados acá en el blog.
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