el blog de reseñas de Andrés Accorsi

domingo, 27 de octubre de 2019

MAS TAPAS GRISES

Casualmente los dos libritos que tengo leídos tienen portadas sin color, resueltas con blanco, negro y grises. Y la de Ryuko (reseñada el último jueves) también. No es lo más común leer uno atrás del otro tres comics con tapas grises, por eso me llamó tanto la atención la coincidencia.
Empiezo con Puertadeluz, una novela gráfica de 2017 del maestro español Luis Bustos, quien –me da la sensación- no tiene muchos fans de este lado del Atlántico.
Puertadeluz es un thriller tremendo, de asfixiante intensidad, sutilmente decorado con una aguda bajada de línea socio-política. Es difícil contar algo del argumento sin spoilear, por eso voy a ser muy breve. Bustos nos ofrece 120 páginas de tensión, suspenso y estallidos de violencia pensados para estremecernos de punta a punta, y todo eso está muy bien. La construcción de los protagonistas (Antonio y su hija Alicia) también está muy lograda, la irrupción de ciertos elementos de ciencia-ficción no deslucen para nada una trama cuyo principal atractivo es que se siente muy cercana… Entonces, ¿qué fue lo que no me cerró de Puertadeluz, como para no ponerla al (magnífico) nivel de las otras obras de Bustos que leí en los últimos años? Me parece que esta vez se nota demasiado que la gran mayoría de los recursos narrativos que pone en juego el autor (que son muchos y muy efectivos) tienen como principal objetivo estirar, desplegar en 120 páginas una historia que –sin ninguna duda- se podía contar en 48.
Por supuesto, muchos de esos recursos contribuyen también a crear ese clima espeso, jodido como enema de chimichurri, que tanto contribuye al disfrute de la obra. Y además la estirada nos permite contemplar en todo su esplendor el dibujo de Bustos, que es extraordinario. Su manejo de la secuencia, de la aplicación de los grises, esas manchas, esos esfumados, esos fondos demoledores (con la referencia fotográfica perfectamente integrada al grafismo del autor), las expresiones faciales, la acción… Todos esos aciertos que ya habíamos visto (por ejemplo) en los dos tomos de ¡García!, acá aparecen otra vez, con su potencia expresiva intacta.
Y bueno, tengo un buen guión, buenos personajes y un dibujo de la recontra San Puta. ¿Me puedo quejar de la desmedida extensión de la obra? Obviamente sí, pero eso no es óbice para recomendar Puertadeluz a los fans de Bustos, de la buena historieta española o de los thrillers a todo a nada, que no te dejan respirar hasta que no llegás a la última viñeta.
Me vengo a Argentina, a 2019, cuando el sello OK Ediciones (capitaneado por el matrimonio de Rocío Ogñenovich y Sebastián Koziner) lanza el primer tomo de Crónicas de Ciudad Estrella, escrito y dibujado por Rocío. A lo largo de 60 páginas, el comic nos introduce en una ciudad en la que co-existen los elfos, las hadas y los hechiceros, pero todo visto desde los ojos de un inspector de homicidios común y corriente, que debe investigar un crimen siguiendo el típico procedimiento policial. La idea está buena y de hecho, las primeras 40 páginas se me hicieron bastante llevaderas a pesar de que hay varios momentos en los que Ogñenovich se zarpa con la cantidad de texto que mete en cada página. Para el último tercio, cuando queda bastante claro quién es el asesino, el guión perdió rápidamente mi interés, y me costó terminar el librito. La extensión de los bloques de texto le jugó en contra, los diálogos tienen alguna falta de ortografía y muchas frases que no me sonaron bien al oído, y la tipografía tampoco me sedujo en lo más mínimo. O sea que lo único que me mantenía enganchado era la trama, y cuando esta se hizo obvia, mi conexión con el relato de Ogñenovich se desvaneció.
El dibujo, por su parte, evidencia unas cuantas limitaciones. Desde la obvia repetición de los enfoques, hasta los problemas que tiene Ogñenovich en la anatomía cuando tiene que mostrar a la figura humana vista de lejos. La buena intención de complementar un claroscuro fuerte con grises aplicados en el photoshop se desvirtúa un poco cuando –además de los grises- empiezan a aparecer un montón de efectos (brillos, degradés, texturas locas atrás de los personajes) que sobrecargan de información a las viñetas y no llegan a ocultar el hecho de que los fondos escasean bastante y, cuando aparecen, no están muy logrados.
Sin dudas hay mucho para mejorar, tanto a nivel guión como a nivel dibujo, para que Crónicas de Ciudad Estrella emerja como una opción atractiva dentro del panorama actual de la historieta argentina. Veremos con qué me encuentro cuando salga el Vol.2… o incluso mucho antes, porque tengo para leer pronto otro trabajo de Rocío Ogñenovich.

Gracias por estar ahí, festejemos juntos y en paz el fin de la mentira amarilla, y nos reencontramos pronto con nuevas reseñas, acá en el blog.

1 comentario:

Pastruki dijo...

¡Luis Bustos es la repanocha! que dirían en la península ibérica-