Sin más prolegómenos,
inauguramos Agosto con un terceto de reseñas.
¿Alguien se puede resistir
a un TPB de Thor con tres historias autoconclusivas y las firmas de Mike Carey,
Alan Davis y Peter Milligan? Yo vi este Wolves of the North en oferta y le entré como María Eugenia
Vidal a la cocaína, pero me dejó sabor a poco.
La primera historia, la
que escribe Mike Carey, es muy flojita. Casi la nada misma. Y el dibujante
(Mike Perkins) tampoco ayuda. La de Peter Milligan no la puede reivindicar ni
el fan más incondicional del maestro (ni el más Milliganso): el guión es el Más
de lo Mismo más obvio y predecible de la historia, también sepultado por un
dibujante con escasísima onda (Miko Suayan) y uno con escasísimo talento (Tom
Grindberg).
Menos mal que en el medio
están esas 34 páginas escritas y dibujadas por el glorioso Alan Davis a un
nivel demoledor. El guión es brillante, la bajada de línea es clara y punzante,
el ritmo es trepidante, los diálogos están perfectos y el dibujo… No me hagas
hablar del dibujo, que me babeo todo. Un combo inmejorable entre el raw power
onda Kirby y la elegancia que asociamos con Neal Adams o José Luis García
López. Los fondos son un lujo, las expresiones faciales, los cuerpos en
movimiento, la planificación de las páginas, todo maravilloso. Y el color de
Rob Schwager ayuda un montón a que todo se luzca aún más. Si no te querés
comprar todo el TPB sólo por lo de Davis (que es lo que realmente vale la
pena), el one-shot del prócer se llama Thor: Truth of History, y salió en 2008.
Por ahí te conviene capturar esa revistita y gambetear el resto, que es entre
mediocre y desolador.
Allá por el 26/11/18 me
tocó leer el primer tomito de Manta y ahora voy por el segundo. Si me preguntás
de qué se trata la serie, te tengo que contestar que veintipico de años después
de una matanza atroz, el único sobreviviente reaparece para encontrar a los
responsables y hacerlos mierda, uno por uno. Y ahí seguramente me dirás “pero
eso ya lo leí chotocientas veces…”. Es verdad. Vista así, desnuda, despojada hasta
que quede sólo el esqueleto, la historia que nos cuentan Jonathan Crenovich y
Martín Mazzeo no se diferencia mucho de otras tantas que tratan de exactamente
lo mismo.
Lo que hizo que yo me
enganchara con Manta es cómo está contada la historia, la forma en la que los
guionistas nos presentan la información, la forma en que entran y salen de
escena los personajes, el ritmo, las decisiones (siempre acertadas) de dónde
clavar cada flashback, el clima de misterio y tensión que se va a armando, y la
infrecuente calidad de los diálogos. En esta segunda entrega, la data que
manejamos es más, la misión de Santiago está más clara, el dilema moral se hace
más espeso y lo único que falta (tengo entendido que aparece en el Vol.3) es un
personaje femenino interesante, con un rol destacado en la trama.
El dibujo de Nacho Lázaro
es muy correcto, con muchos puntos de contacto con el estilo de su maestro, el
inmenso Marcelo Frusín. El color también está a cargo de Lázaro y acompaña muy
bien al dibujo. Manta es una serie que va muy bien encaminada y a la que
recomiendo darle una posibilidad.
Otra serie de álbumes de
autores argentinos jóvenes de reciente aparición es Albión. Tuve la suerte de
leerla hace unos meses en pdf, porque me la mandó el guionista y editor de la
misma, mi amigo Fede Sartori. Ahora tengo en mis manos la edición impresa y la
quiero recomendar, porque realmente me pareció una historieta preciosa.
El dibujo de Facundo
Moyano no es para descorchar champagne, pero no le falta atractivo ni
encanto. Es un clásico dibujante cuasi-realista, con una estética muy de
mainstream yanki y un toque especial para dibujar escenas más introspectivas o
más emotivas, donde la machaca brilla por su ausencia. Moyano casi no escatima
fondos, varía mucho y bien los planos y sabe ponerles onda y expresión a
cuerpos y rostros.
Del guión de Sartori no
quiero contar nada, porque este primer tomito salió hace poco y prefiero que
los interesados lo consigan y lo lean. Se trata del primer tramo de una
aventura muy intensa, con muchos momentos fuertes, que podría funcionar muy
bien en un mercado como el francés. Tienen mucho peso en la trama la ambientación
histórica, un elemento sobrenatural (no lo quiero explicitar) y el hecho de que
ambas protagonistas son de sexo femenino. Y también la acción, la ternura, la
bajada de línea y la identificación (casi inevitable) de los lectores con Albión.
Quiero ver crecer a esta
historia, quiero que se publique en muchos países y que se haga conocida o
(mejor aún) popular entre el pueblo comiquero porque -de verdad- me resultó original,
potente y cautivante desde las primeras viñetas. No la pongo en la lista de las
Joyas Inenarrables de la Historia del Noveno Arte, pero sin dudas es una serie
a seguir MUY de cerca, porque tiene todo para convertirse en un hito. Ojalá
salga pronto el Vol.2.
Y nada más, por hoy. Merci
beaucoup y nos reencontramos pronto con nuevas reseñas, acá en el blog.
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