el blog de reseñas de Andrés Accorsi

lunes, 9 de marzo de 2020

ESSENTIAL X-MEN Vol.5

El viernes me tocó un viaje infinito a la Loma del Orto y aproveché para devorarme un tomo bestial, con 632 páginas de Uncanny X-Men en majestuoso blanco y negro. Este tomo (continuación directa del que vimos hace justo seis meses, el 09/09/19) trae material de los años 1984 y 1985, un momento en el que Uncanny X-Men ya estaba afianzada como la revista más taquillera de la época más exitosa de Marvel, en la que alcanzó una hegemonía tan absoluta que dos de cada tres comics que se vendían en EEUU salían de la Casa de las Ideas. El maestro Chris Claremont, a esta altura una estrella casi al nivel de Stan Lee, se daba cuenta de que una hinchada gigantesca seguía a esta serie (y a New Mutants) pasara lo que pasara, un poco por los personajes y un poco por él. Y en algún momento entiende también que esta hinchada es muy fiel y muy erudita. Ya no hace falta que los personajes expresen en los diálogos quiénes son y qué poderes están usando, no hace falta explicar quiénes son Lee Forrester, o Raven Darkholme, o cómo funciona el Hellfire Club. Esto, por supuesto, hace que los guiones sean cada vez más ágiles, y que -cuando Claremont se decide a mandar sus clásicos masacotes de texto- estos vayan para otro lado, cumplan otra función.
Los primeros diez episodios de este Essential (nºs 180 al 189) podrían llamarse Storm y sus Amigos. Todo, absolutamente todo gira en torno a Ororo, su personalidad, los cambios en su aspecto, en su actitud, en su forma de vincularse con el resto del elenco de la serie, y por supuesto en torno a su inmenso poder, su chapa, su belleza y su nobleza sin límites. El nº180 es tremendo en este sentido. Claremont se mete en la piel de Storm como nunca antes un guionista se había metido en un personaje y de ahí salen los diálogos y las escenas más profundas y conmovedoras que recuerdo haber leído en un comic hasta ese entonces. Rogue y Colossus tienen sus momentos, Nightcrawler y el Profe mojan de vez en cuando con algún momento copado, Kitty y Wolverine aparecen poco y nada y el resto del espacio Claremont se lo dedica a los personajes nuevos (Rachel, Forge, Selene) y al plot que avanza por detrás de las aventuras que es (como en el Essential anterior) el de la formación de la Freedom Force.
Los nºs 190 y 191 son bastante flojitos (esa lucha medio Elseworldesca contra Kulan Gath, que Kurt Busiek repetiría en Avengers unos años después casi sin cambiarle una coma), el 192 es un prólogo a una saguita (la de Magus) que se desarrollará en New Mutants, el Annual 8 es una huevada completamente intrascendente y después tenemos los dos numeritos con Alpha Flight, de los que ya hablé bastante en la reseña del 24/08/11.
El nº193 es un episodio doble, ya con Kitty y Logan de regreso para reforzar un elenco que había quedado muy reducido, y una historia muy fuerte. A partir de ahí tenemos otros cuatro episodios bastante autoconclusivos, entre ellos el obligado crossover con Secret Wars II del que Claremont sale muy bien parado. Y el tomo cierra con el nº198, secuela al glorioso nº186, con el reencuentro entre el guionista y Storm, su personaje fetiche, al que lleva de regreso a África para una historia absolutamente emotiva, sin buenos, ni malos, ni machaca entre muchachos superpoderosos, a años luz de lo que podías leer en 1985 en cualquier comic de Marvel o DC con la excepción de Saga of the Swamp Thing.
Estos dos numeritos “solistas” de Ororo cuentan con los dibujos del inconmensurable Barry Windsor-Smith, en un nivel superlativo. Y mejorado ampliamente al republicarse en blanco y negro. El Annual 8 lo dibuja Steve Leialoha (bien, más que aceptable), la mini con Alpha Flight la dibuja Paul Smith (de nuevo, ver reseña del 24/08/11) y todo el resto está dibujado por una dupla excelente, nunca valorada en toda su dimensión: John Romita Jr. en lápices y Dan Green en tintas. Claro, te ponen al lado a Barry Windsor-Smith y parecés un choto, hagas lo que hagas. Pero de verdad, JRJr y Green dejan el alma en cada página. Acá hay emoción, hay power, hay buenas ideas narrativas y recursos muy efectivos para que el relato no se desplome bajo el peso de los masacotes de texto que cada tanto disparaba Claremont. Este JRJr todavía joven no tenía la elegancia de Paul Smith ni la chispa de John Byrne, pero a la hora de contarte la historia, te agarraba de la… garganta en la primera viñeta y no te soltaba hasta el final.
En síntesis, gran época para Uncanny X-Men, con un equipo creativo muy estable y afiladísimo, invitados de primera línea y una coordinadora, la querida Ann Nocenti, con las riendas bien firmes como para que el éxito no se les fuera de control. Eso va a pasar, claro, pero más adelante.
Gracias por el aguante y nos reencontramos pronto con nuevas reseñas, acá en el blog.


2 comentarios:

JLO dijo...

Nunca le di bola a Storm. Deberia? Saludos

Andrés Accorsi dijo...

Storm y Wolverine son los personajes a los que más y mejor desarrolla Claremont a lo largo de su gloriosa etapa en X-Men. Si sos fan de Claremont, es muy difícil que no te hagas fan de Storm...