Estoy bastante cansado,
con muchas ganas de irme a apolillar, pero estiro un poquito más la jornada del
miércoles para reseñar un par de libritos que me bajé en estos días.
Arrancamos en 2006, cuando
se publica en Francia una obra bastante extraña del maestro Manu Larcenet. Vida
de Perros (una aventura rocambolesca de Sigmund Freud) parece un rejunte, un
amalgam (para decirlo en términos comiqueros) entre dos ideas distintas, muy
distintas, tan distintas que al fusionarlas en un único álbum, el autor descoloca
incluso a los fans que lo seguimos a todas partes hace añares. Por un lado,
tenemos la muy buena idea de mandar a Freud a recorrer los polvorientos
desiertos de Estados Unidos, en la segunda mitad del Siglo XIX, cuando en buena
parte de ese territorio el salvajismo todavía se imponía por sobre la
civilización. Larcenet se toma totalmente en joda la figura del Padre del
Psicoanálisis y lo reduce a una caricatura sumamente idónea para la comedia y
el humor. Su adláter, Igor, es un personaje simple, unidimensional, también
pensado totalmente en función del aspecto humorístico del álbum. “Freud recorre
el Salvaje Oeste y vive bizarras peripecias mientras busca un cowboy para
psicoanalizar” es un pitch infalible, de innegable atractivo. Le tirás ese
anzuelo a cualquier editor y pica seguro.
Pero hay más: Vida de
Perros se llama así porque el protagonista no es Freud (ni Igor), sino un
perro. Un perro que camina sobre sus patas traseras, manipula objetos como si
tuviera manos, viste pantalones y habla, en vez de ladrar. Todo lo importante
que pasa en este comic, desde la primera página hasta la anteúltima, le pasa a
Spot, este perro antropomórfico que –sin ninguna explicación- se codea con los
humanos como si fuera uno más de ellos. ¿Qué es esto? ¿Es una metáfora? ¿En
realidad Larcenet está hablando de cómo eran tratados los negros en los EEUU
del Siglo XIX y en vez puso a un perro en lugar de un negro? Es bastante
probable.
Lo importante es que la
trama principal (la de Spot) es hipnótica, potente y está repleta de acción y
de momentos en los que Larcenet nos invita a la reflexión. Y los contrapuntos
entre el sofisticado doctor Freud y los violentos habitantes de estos EEUU
jóvenes y rudimentarios también están muy logrados. Faltaría (en una de esas)
explicar un poco mejor a Spot, o reemplazarlo por un humano de raza negra. Y
terminar de fusionar mejor la magnífica trama que lo tiene como eje central con
las hilarantes desventuras de Freud y su asistente, que a veces interrumpen el
hilo del relato con cierta torpeza, como un flato estridente en medio de una
suite para violín y flauta traversa. El dibujo de Larcenet, brillante como
siempre, con algunos puntos de contacto con el estilo de Lewis Trondheim y
muchísimos hallazgos en la puesta en página. Si lo ves a un precio razonable,
entrale sin dudarlo.
A principios de este año
me tocó reseñar el Vol.1 de Ladrones y Mazmorras, el primer recopilatorio en
nuestro idioma de Dungeons & Burglars, la historieta de Rodolfo Santullo y
Jok que aparece cada semana en la revista digital británica Aces Weekly. Se ve
que la edición argentina/uruguaya tuvo buena aceptación, porque ya está en mis
manos el Vol.2, de nuevo con varias historias cortas ambientadas en un universo
al estilo Dungeons & Dragons, con guerreros, hechiceros, ladrones, reyes,
princesas, piratas, y sí, dragones. El toque de distinción, que convierte a
Ladrones y Mazmorras en una obra tan atípica como adictiva, es que todo esto
está tomado para la chacota.
Santullo subvierte este
clásico género de la aventura para brindarnos un festival farsesco, jocoso, por
momentos irónico, por el que desfilan personajes entre inescrupulosos y
entrañables, muy bien delineados. Esta vez hay aventuras un poco más largas,
resueltas en dos episodios de 11 páginas, y otras más breves, donde todo se
resuelve en la página 11. Me gustaron mucho una de las más largas (El
Estandarte) y una de las más cortas (Un Trabajo Simple), dos historietas que –me
parece- le hubiese gustado escribir a Carlos Trillo. Y las demás no están nada
mal, eh? Todas tienen buen ritmo, diálogos graciosos, situaciones que le
escapan al control de los personajes, buenos giros argumentales… Y por supuesto
en todas se luce a full el dibujo de un Jok inspiradísimo, dispuesto a dejar la
piel en cada viñeta y a tirar magias dignas de Quique Alcatena, Enrique Breccia
o Mike Mignola en los fondos, las criaturas, la indumentaria y hasta en las
expresiones faciales de los muchos y muy atractivos personajes. Un verdadero
deleite para los ojos de cualquier fan del claroscuro.
Lo único que tengo para
criticar es la cantidad de páginas del libro que NO ofrecen historietas y se
despilfarran entre carátulas, separadores y páginas 100% en blanco, como si no
hubiese más historietas de esta serie para traducir al castellano, o como si
esas páginas (vacías como los negocios de la Avenida Córdoba en tiempos de
debacle neoliberal) no encarecieran el precio que terminamos pagando por el libro.
El resto, todo muy, muy disfrutable. Ojalá tengamos todos los años una dosis de
Ladrones y Mazmorras… y más historietas de Santullo y Jok, ¿por qué no?
Gracias por el aguante y
nos encontramos este viernes, sábado y domingo en la San Luis Comic Con.
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