Mi consigna para hoy fue
no salir de mi casa, y por ahora la estoy cumpliendo a rajatabla. Aprovecho,
entonces, para sacar con fritas las reseñas de dos libros que leí en estos
días.
Conseguí en oferta los
tomos que me faltaban para completar Gipsy, o sea que esta reseña del Vol.4 es
secuela de la del tomo anterior, publicada el 07/11/11. Si hace ocho años la
trilogía original de Gipsy ya tenía rasgos de “comic viejo”, que la anclaban a
la época de su realización (primera mitad de los ´90), seguramente eso debería
molestar más si agarro esta cuarta entrega 22 años después de su aparición en
Francia, no? Sí, en algunas cosas sí.
El guión de Thierry
Smolderen no era una maravilla en 1997 y leído hoy, suena bastante a “más de lo
mismo”. El personaje de Mirno nunca me cerró, el personaje de Rosalynn está
bastante al pedo, las distintas facciones de malvivientes que confrontan con
“los buenos” aportan más confusión que otra cosa, la asesina silenciosa de la
moto y las gafas oscuras nunca se explica… por momentos es todo un kilombo, una
sucesión de excusas (que se tropiezan unas con otras) para que estalle la
violencia. Lo más rescatable es el subtexto satírico con el que Smolderen se
caga de risa del fanatismo ciego e irracional que el futbol produce en las
masas. Esa sensación (tan conocida por los argentinos) de que una final de un
campeonato de futbol hace que “se congele el mundo” está muy bien plasmada en
el álbum, como explicación para algunas cosas medio inverosímiles y como
disparador de situaciones en las que la violencia llega de la mano del humor.
Y por supuesto lo que hace
irresistible al álbum (sobre todo cuando está en oferta) es el dibujo de Enrico
Marini, muy por encima de lo que vimos en la trilogía original. Quizás el color
no sea tan elegante, ni tan expresivo, pero el trazo del suizo está mucho más
suelto, más dinámico, más afilado. El equilibrio entre una estética básicamente
realista y los rasgos caricaturescos de algunos personajes está muy bien
logrado, las escenas de acción (en su mayoría mudas) son tremendas y por
supuesto Marini aprovecha a pleno la posibilidad de tener pocas páginas de 9 ó
10 viñetas. Gran trabajo de un dibujante que ya estaba en un punto alucinante
de su madurez como profesional. Me queda otro tomo Gipsy (autoconclusivo, como
este) en el pilón de los pendientes. No se si se va a Diciembre o si queda para
el 2020. Veremos.
Salto a Argentina, año
2019, para leer uno de los cuatro o cinco mejores comics de autores locales
aparecidos este año. El Ultimo Recurso, de Lubrio y Kundo Krunch, propone un
torbellino de acción, combates, diálogos ingeniosos y personajes estrambóticos
que me resultó totalmente adictivo y satisfactorio.
Cualquier comic que en la
cuarta página nos ofrezca una splash-page de un tipo empomándose a un cadáver
me tiene entre sus fans, pero El Ultimo Recurso va bastante más allá del
impacto de la necrofilia, los vómitos, las decapitaciones y las puteadas.
Lubrio banca de punta a punta del tomo una aventura trepidante, y la sostiene
en un argumento lineal, sólido, pero sobre todo en el desarrollo de un grupo de
personajes sumamente atractivos, a los que cualquier lector de este libro
querrá volver a ver. La dinámica del equipo, los poderes y las personalidades
de estos freaks, hacen que El Ultimo Recurso trascienda los confines de la
historieta de aventuras con monstruos y machaca para aspirar a cautivar a un
lector más exigente, a cuya inteligencia apela todo el tiempo el guión de
Lubrio, incluso cuando nos salpica con tripas, vómitos y bizarreadas varias.
La mejor decisión de
Lubrio, sin embargo, es no haber dibujado él mismo este guión. El estilo
gráfico del creador de Lucy Niestra y Zoila Zombie va mucho mejor –me parece-
con otro tipo de relatos. Y además, a la hora de buscar un dibujante, Lubrio se
sacó la lotería, el PRODE y el Quini 6 de la mano del marplatense Kundo Krunch,
a quien (desde que cambió radicalmente de estilo) hemos visto progresar a pasos
agigantados. Entre este trabajo y el que vimos el 03/10/19, Krunch se dio el
lujo de firmar en muy poquito tiempo dos obras absolutamente imprescindibles,
que seguro estarán entre lo más notable de este extraño 2019. Y ni me quiero
imaginar lo que viene.
Recomiendo mucho El Ultimo
Recurso, espero que Lubrio y Kundo produzcan infinitas secuelas y comendo a la
editorial Libera la Bestia por apostar a un proyecto como este, que no
cualquiera te edita un libro de 80 páginas a todo color con esta calidad.
Nada más, por hoy. Estamos
a exactamente un mes del festejo de los 10 años del blog, así que muy pronto
habrá más información para lso que estén con ganas de venir a acompañarme el 28
de Diciembre en Sector 2814. Au revoir.
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