el blog de reseñas de Andrés Accorsi

lunes, 24 de junio de 2013

24/ 06: IS THAT ALL THERE IS?

El holandés Joost Swarte es, desde hace 40 años, el pionero de la línea clara posmoderna, el primero en estudiar a fondo y renovar (sobre todo desde lo temático) el estilo que identificara durante décadas al maestro Hergé. De hecho, el primero en acuñar el término “línea clara” fue el propio Swarte. ¿Por qué, áun hoy, Swarte es un autor de culto, sólo venerado por un puñado de autores y especialistas? Porque tiene muy poquita producción. El maestro se dedicó también al diseño gráfico y a la arquitectura, y en ambas disciplinas le fue muy bien y ganó mucha guita. Por eso tiene muy pocas historietas en su haber. De hecho, fuera de las 135 páginas que ofrece este recopilatorio, yo sólo conozco las 42 de Un Journal Phénoménal, una obra de 1977 apuntada al público infantil. Todo lo demás, lo que en su momento apareció en las grandes antologías ochentosas (Cairo, El Víbora, Raw, Metal Hurlant, etc.) está acá, en este tomo coherentemente titulado ¿Esto es todo lo que hay?
En la recopilación predominan las historias cortas (las dos más largas tienen 16 páginas), y dentro de estas, predominan los chistes largos, las historias de corte claramente humorístico, que no siempre avanzan hacia un remate cómico, pero se desenvuelven en ese registro, al que Swarte maneja con muchísima soltura, con una gran variedad de recursos a su disposición para lograr la sonrisa del lector. También hay breves aventuras, interesantes no tanto por los argumentos (que suelen seguir una lógica esquiva, medio caprichosa, como la de los sueños) sino por los diálogos (brillantes en esta traducción de Kim Thompson, a quien aprovecho para homenajear a poquitos días de su lamentable deceso) y por un elemento alucinante, que se convertirá en la base de la línea clara posmoderna (o Estilo Atómico): el quiebre entre la estética visual y la temática de las historias.
Swarte dibuja casi como si fuera Hergé: prolijito, elegante, sin sombras, con objetos y fondos mucho más realistas que los personajes... hasta dibuja a los negros con esos rasgos que hoy resultan racistas y en los años ´30 no. El dibujo es impecable, la narrativa es cristalina, la tipografía es tan perfecta que asusta, todo transmite un clima de sofisticada armonía. Y sin embargo, en las historias que cuenta Swarte no sólo hay lugar para patéticos y fracasados como Jopo de Pojo y Anton Makassar. También afloran por todas partes la corrupción, la violencia, la mala leche, la lujuria, los criminales, los estafadores, los pordioseros, los fanáticos religiosos, los traidores... De a poquito y sin romper nunca los códigos del humor, Swarte nos va llevando por la senda de la miseria, de la depravación, de las muertes escabrosas, de la atrocidad por la atrocidad misma, sin mensajes moralistas y muchas veces sin siquiera una esperanza. Este contraste entre el dibujo amistoso y pulcro y las historias sórdidas y cínicas resultará crucial para la renovación de la línea clara de la segunda mitad de los ´70 y toda la década del ´80.
De particular interés es una historieta muy cortita, apenas 7 viñetas, realizada por Swarte en 1978, para protestar contra la participación de Holanda en el Mundial que se jugó en nuestro país. En clave de humorada, el autor muestra a los milicos argentinos utilizando al Mundial para torturar de maneras novedosas a los presos políticos. Pero hay muchas muy graciosas. Y algunas de corte más informativo, como la que explica (de modo ingenioso y ameno) cómo trabajan las imprentas que imprimen en cuatricromía (el famoso CMYK), interesantísima para los que no saben cómo se coloreaban las historietas antes de que se desarrollaran el photoshop y demás software de color digital.
Si te gusta la línea clara y seguís a alguno de los autores que descollaron en este estilo de... 1975 para acá, te tengo que contar que son TODOS hijos de Swarte. Salvo algún nostálgico que no se quiso mover nunca de la sombra de Hergé, todos los demás encontraron en el maestro holandés una nueva forma de transitar por un viejo camino. Si no te gusta la línea clara... no sé si recomendarte este libro; lo más probable es que no, porque la impronta visual es tan fuerte que –si no te copa- cuesta dejarla de lado para meterte en las historias. De todos modos, siempre está bueno descubrir a Joost Swarte, porque es un innovador, un tipo que partió aguas, que descubrió cosas que nadie creía que se podían hacer en la historieta franco-belga, un vanguardista del cual –estoy casi seguro- vas a oir hablar bastante en los próximos meses. ¿Esto es todo lo que hay? Sí, pero mañana hay otra reseña.

6 comentarios:

brunowayne dijo...

Andres, una pregunta. ¿Leíste alguna vez "The Shade", de James Robinson? Yo leí el tp que salió hace poco, que trae los 12 números, y me encantó. No sólo está escrito como los dioses, sino que tiene dibujantes de la talla de Darwin Cooke, Javier Pulido, Irving Frazer (on fire), Gene Ha... una joyita que me sorprendió como la san puta. No escuché hablar mucho de esto, y quería saber si lo conocías y qué opinabas. Saludos!

Andres Accorsi dijo...

Me lo compré y lo tengo en el grosero pilón de los libros que esperan su turno para ser leídos y reseñados.
Ya llegará...

Ro dijo...

Andrés, ayer leí Ecos, de Fialkov, y me fascinó. Un thriller de terror psicológico muy jodido. La leíste? qué te pareció? Saludo

Andres Accorsi dijo...

No, no la conocía.

brunowayne dijo...

Andrés, una pregunta más. Existen dos versiones del Incal, una con el color original y otra recoloreada. A tu criterio, ¿cuál es mejor? Vi algunas muestras en internet y el color original parece medio choto, ¿tenés idea?

Andres Accorsi dijo...

Yo me quedo con el color original, mil veces.