Allá por 2002, a Rick Veitch se le ocurrió meterse más a fondo en el mundo de Grayshirt, el personaje que co-creó junto a Alan Moore para la notable antología Tomorrow´s Stories. En aquella revista, Grayshirt protagonizaba breves historias de 8 páginas, muchas de ellas brillantes, en las que el Mago de Northampton y Veitch pelaban jueguitos narrativos imposibles en una especie de virulento upgrade de lo que solía hacer Will Eisner a principios de los ´40 en las historietas de 7 páginas de The Spirit. Y lógicamente, no había mucho espacio para narrar cosas más complicadas, ni para meterse a fondo en la psiquis del personaje y mucho menos en el entramado socio-político de Indigo, la ciudad donde transcurrían las historias.
Todo eso se revierte en este proyecto capitaneado por Veitch. Indigo Sunset se compone de 12 historietas y un montón de textos que imitan al diario de la ciudad y que nos brindan muchísima información sobre los personajes, incluso sobre personajes que aparecieron un par de viñetas en algún episodio de los publicados en Tomorrow´s Stories. Y la página de los chistes, en la que Veitch satiriza el mundo de las strips y los cartoons de los diarios yankis con inequívoca mala leche. Las historietas se dividen en dos grupos: Seis de ellas narran el pasado de Grayshirt, desde su niñez hasta que se consolida como EL justiciero de Indigo. Enseguida nos metemos con esta saga disfrazada de seis historias cortas. Por el otro lado, hay otras seis historietas realmente autoconclusivas, una escrita y dibujada por Veitch, una escrita por el maestro Dave Gibbons y dibujada por Veitch y las otras cuatro, escritas por Veitch y dibujadas por cuatro invitados de lujo: Russ Heath, John Severin, David Lloyd y Frank Cho. La única que realmente tiene mucho peso en la trama principal (la de las historias íntegramente realizadas por Veitch) es la que dibuja Heath, que además es la mejor. El resto no es “pa´dispriciar”, aunque la que dibuja Cho tiene un guión realmente flojito.
En la otra mitad del libro, donde no hay próceres invitados sino un sólo autor dispuesto a dejar la vida en una obra potente y personal, nos encontramos con estas seis historias del pasado que componen un relato magnífico. Acá no sólo Veitch explica a Grayshirt desde su origen, sino que cuenta una historia compleja y cautivante acerca de su familia, sus amigos, sus minas y esa extraña criatura que habita los subsuelos de Indigo. Mafiosos e intelectuales, alienígenas e historietistas, chantas de las Bellas Artes y cantantes de cabarulo, todo tiene que ver con todo y todo se interrelaciona, se entrelaza, se contagia con el clima intoxicante que Veitch le da a esta ciudad. Como si esto fuera poco, cada “episodio” de entre 13 y 18 páginas tiene su final, fuerte, impactante, o sea que se la re-banca leído por sí solo. Y cuando los leés todos juntos, mechados con las páginas de los diarios y con cositas de las otras historietas que aportan data y detalles al contexto, se te arma un combo increíble, tu mente termina por mudarse a una ciudad que late con una fuerza que nunca viste en ninguna otra historieta.
Como en las historietas que hacía en Tomorrow´s Stories con el Mago, acá también Veitch se juega a orquestar truquitos narrativos arriesgados, pero menos. La gran mayoría de las secuencias se desarrollan en grillas clásicas, un poco para reproducir la mecánica de los comics de gangsters de los años ´40 y ´50. El foco del autor está más puesto en la trama, en el desarrollo de los personajes y en matarse para darle vuelo poético a cada bloque de texto, cosa que llega a su pico en la historia corta que dibuja David Lloyd. El dibujo de Veitch es áspero, por momentos oscuro, por momentos medio grotesco, más pensado para incomodar que para agradar al lector. Al lado de lo que hizo esta bestia en comics como The One, Bratpack o sus historias cortas para Epic, esto es terriblemente careta, obscenamente comercial y bajalienzos. Y aún así tiene un filo provocador, fruto de los permanentes homenajes a Eisner, a la EC, a Jack Kirby, a los comics de crímenes pre-Comics Code, a Steve Ditko, a Chester Gould y hasta a José Muñoz.
Si te habías cebado con Grayshirt cuando aparecía en Tomorrow´s Stories, con este libro te vas a desintegrar de la emoción. Si sos fan de Rick Veitch, ni hablar, lo vas a terminar en la guardia de algún hospital. Y si no conocías ni al autor ni al personaje, no lo dudes: en Indigo Sunset te espera un cataclismo de genialidades, creadas por un autor fundamental de los últimos 30 años (cómplice en muchas trapisondas del mismísimo Alan Moore) y secundado por varios monstruos sagrados, de esos a los que siempre da gusto encontrarse donde sea. Gloria a Grayshirt, carajo, mierda.
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4 comentarios:
Muy buena reseña Andrés. Yo nunca supe si meterme en este tomo, porque no está Moore y me hacía dudar. Pero veo que garpa y mucho, por lo que contás. Y siendo un enfermo del universo ABC, no puedo resistirme.
Siempre quise leer Brat Pack de Veitch pero nunca la conseguí. ¿Sabes si la edición de Norma la puedo encontrar en algún lugar?
Saludos
J.
Ni idea, José. Yo tengo hace mil años la edición de King Hell, la editorial del propio Veitch. ¿O tengo la de Tundra? No me acuerdo... pero lo tengo en inglés...
Gracias por la respuesta.
La edición en inglés la busqué pero no la pude encontrar, la pedí varias veces en distintas comiquerías pero no tuve suerte.
Saludos
J.
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