Todavía no salgo de mi
asombro después de haber escuchado el discurso más alienígena (y alienado) con
el que un presidente argentino inauguró un período de sesiones ordinarias.
Maestro, para consumir ficción leo comics y literatura. Y hablando de leer
comics, vamos con las reseñas de un par de libritos que me bajé en estos días.
Injustamente, en todos
estos años que lleva el blog, nunca le habíamos dedicado una reseña a un libro
del glorioso Jean Pierre Stassen, un autor belga del que soy hardcore fan. Poco
publicado en castellano (en una de esas, inédito), Stassen tiene un estilo
gráfico absolutamente hipnótico, una mezcla entre el mejor Max y la línea
actual (más gruesa, más pensada para publicarse a color) de Jaime Martín y
Rubén Pellejero. En el álbum en cuestión, titulado Thérese y publicado en 1999,
Stassen trabaja con una grilla de tres tiras y nunca mete más de ocho viñetas
por página, con lo cual el dibujo (y la tipografía, que también es hermosa) se
luce muchísimo. El trabajo en los fondos, esas escenas en las que se borra la
línea y queda todo definido por los contornos, el lenguaje corporal de los
personajes, son algunos de los puntos más altos en una faz gráfica realmente
espléndida.
De todos modos, lo más
atractivo de Thérese es el guión. Stassen propone una historia de amor
sumamente original, entrecruzada con la violencia urbana, el cuento de hadas
clásico y el realismo mágico, y le sale una hsitorieta que mucho le hubiese
gustado escribir a Neil Gaiman o a Carlos Trillo. Como en todas sus obras,
Stassen aprovecha para bajar un poquito de línea relacionada con las
privaciones que sufren los inmigrantes africanos y sus descendientes en las
grandes urbes europeas. Acá nos invita a pensar cómo en realidad muchos de
ellos se desloman laburando (o delinquen) en barrios los pobres de Bélgica con
el sueño de cazar una guita que les permita volver a su país natal con los
problemas económicos más o menos resueltos.
Pero el foco está puesto
básicamente en el amor, primero obsesivo y después sincero que siente Thérese,
esta chica buena, sencilla, humilde, pero con poderes tipo Scarlet Witch
(presentados de otra manera, por supuesto) que le permiten manipular la
realidad y acomodarla un poco a sus deseos, a veces con resultados
desopilantes. O sea que también hay magia y humor en esta sabrosa mezcla que
nos ofrece Stassen y que, si bien creo que existe sólo en francés, recomiendo
mucho rastrear y leer.
Me vengo más cerca, a 2017, de la
mano de más autores desconocidos en Argentina. El Cardenal es una novela
gráfica escrita por Kote Carvajal (al que vimos oficiar de colorista en varios
libros ya reseñados en el blog) y dibujada por Lucho Inzunza, de quien también
vimos ya otros trabajos. Se trata de dos autores bastante conocidos… en Chile,
donde la mayoría de la producción local no trasciende nunca las fronteras del
país trasandino. Por si faltara algo, El Cardenal cuenta la historia real de un
personaje notable pero poco difundido de la historia reciente de nuestros
vecinos: Raúl Silva Hernández, el arzobispo de Santiago de Chile que confrontó
con la dictadura de Augusto Pinochet para denunciar violaciones a los derechos
humanos.
La novela trata,
básicamente, de gente hablando. Son unas 100 páginas en las que la acción
brilla por su ausencia y todo avanza con diálogos, con investigaciones, o con
noticias que van dando a conocer los medios de comunicación. Y aún así, no se
me hizo aburrida, excepto por algún flashback a la juventud del cardenal, cuando
decide seguir la vocación religiosa y duda entre hacerse salesiano o jesuita,
como si eso tuviera algún peso en lo que va a suceder más tarde. El tramo
ambientado en los ´70 y ´80, en cambio, me resultó muy interesante más allá de
la parsimonia y el alto grado de protocolo que Carvajal subraya en los diálogos,
los discursos y las cartas que escribe el cardenal.
El dibujo de Inzunza me
pareció blandito, muy derivativo, una especie de Solano López diluído, sin esas
rayitas que ponía el maestro por todos lados para sugerir texturas y efectos de
iluminación. A este trabajo de Inzunza, le sacás el color y desinfla como un
globo (amarillo, obvio). Pero con el color se ve bien, la narrativa es muy sólida
y los personajes reales le salen muy parecidos a sus contrapartes humanas. Si
sos fan de la trilogía Verdad-Memoria-Justicia, te va a encantar saber que en
Chile (donde durante la dictadura no hubo Madres de Plaza de Mayo, ni Abuelas,
ni sindicatos que defendieran a los laburantes, ni nada) un jerarca grosso de
la iglesia católica (que en Argentina se alineó con los genocidas y se hizo
bien la boluda) hizo lo que pudo para combatir los crímenes de lesa humanidad
de Pinochet. Según Kote Carvajal, lo que pudo hacer no fue mucho, pero aún así
se convirtió en un símbolo de resistencia, integridad y solidaridad para con la
gente injustamente perseguida y masacrada por el sangriento régimen de
Pinochet. Un superhéroe de carne y hueso, bah.
Gracias por el aguante.
Nos reencontarmos pronto, espero que con reseñas de material que haya leído más
gente de la que está ahi, del otro lado del monitor.
2 comentarios:
Una pregunta un poco Off-topic pero que me quede con la duda hace un tiempo que había escuchado en un podcast de comiqueando: Que onda Trillo y Meglia cuando salio esa adaptación medio anime de Cybersix? Les había gustado el proyecto?
Sí, mucho. Estaban muy entusiasmados, sobre todo Meglia.
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