Hoy cortito, que tengo poco tiempo.
Este tomo de la adictiva y tremenda serie de Joshua Dysart y Alberto Ponticcelli logra lo imposible: ser más heavy y más truculento que el primero. Acá vemos salvajadas fuera de escala, página por medio. Nunca vi a tantos nenitos morir de modos tan horrendos: de hambre, de enfermedades espantosas, de un corchazo, de un cuchillazo, de un flechazo o simplemente por estar cerca de un camión lleno de explosivos que vuela a la mierda. Esto es MUY difícil de digerir, como si en vez de un canelón te dieran un caño de escape envuelto en papel de lija.
Lo importante –como en el canelón- es el relleno, o sea, el contenido. Y lo grosso de todo esto es que Dysart recurre a estas escenas desgarradoras de violencia, miseria y oscurantismo para hablar de temas fuertes, urgentes, no para boludear o buscar el impacto por el impacto mismo. Unknown Soldier está pensada para que vos pienses, y eso es lo que la hace tan fundamental.
Con el correr de las páginas de este tomo, cobran especial relevancia las escenas finales del tomo anterior, las del ritual de purificación de los Acholi. De entrada me parecieron un relleno, o un intento por darle un cierre un toque menos desolador a una saga muy violenta, pero no. Se trata de episodios centrales en el desarrollo de una serie que –a apenas cinco episodios del final- no para de evolucionar ni de sorprender. No tengo la menor idea de cómo puede terminar este perturbador descenso a las profundidades del alma humana, este devastador retrato de la Uganda de principios del tercer milenio, esta redefinición absoluta de lo que se puede hacer cuando la historieta se mete a fondo (y en serio) con los horrores de la guerra.
Por el lado del dibujo, acá lo tenemos en todos los episodios al gran italiano Alberto Ponticcelli, con su trazo crudo, visceral, sin concesiones y toda su solvencia narrativa. Y además, con un plus muy, muy bienvenido: el colorista Oscar Celestini le encuentra una nueva vuelta de tuerca al color de la serie y este se hace menos estridente, más sutil, más rico en matices, más bello. Sumémosle unas portadas fastuosas de Dave Johnson y tenemos una faz gráfica de un vuelo impresionante.
Repito, esto no es para cualquiera. Hay que aguantarse secuencias muy al límite, donde bajás el libro asqueado, indignado, al grito de “pará, h¡jo de puta, no matés más pendejitos!”. Pero el talento de los autores logra convertir la revulsión en reflexión y eso es tan infrecuente que sólo puede ser considerado un gigantesco punto a favor de Unknown Soldier, una auténtica joya que duró poco, pero que siempre estás a tiempo de descubrir.
sábado, 11 de febrero de 2012
11/ 02: UNKNOWN SOLDIER Vol.3
Etiquetas:
Alberto Ponticelli,
Joshua Dysart,
Unknown Soldier,
Vertigo
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7 comentarios:
Hola Andrés.
¡Donde se puede conseguir esta joya? Estoy muy interesado.
Ajajaja te vi en el medio de la feria leyendo para cumplir con el blog. Firme como rulo de estatua!
ASí es, Anónimo. Aproveché los ratitos tranqui de la feria (que por suerte fueron muy pocos) para terminar un TPB que empecé... en el viaje rumbo a la feria!
Nicolás, acá no hacemos publicidad de negocios de comics.
Simplemente te cuento que este material se consigue tanto en inglés como en castellano.
Hola, Andrés: TE consulto por el nivel de dificultad de Jimmy Corrigan para leer en su idioma original. Gracias!
Es tranqui, Anónimo. No creo que te traiga mayores complicaciones si tenés un manejo básico del inglés.
Ah, muchas gracias. Si se consigue lo voy a encontrar.
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