Entre muchas otras películas, en 2012 se estrenó una de los Tres Chiflados, que por supuesto no vi. Para coincidir con ese estreno, Papercutz (el sello “para todo público” de NBM) reeditó en un lujoso libro varias historietas de los Stooges originalmente publicadas entre 1953 y 1961, o ´62. Jamás se me hubiese pasado por la cabeza leer este material, pero un amigo (Diego Jourdan, gran dibujante y autor de la portada del libro) me lo mandó de regalo y así fue como cayó a mi pilón de lecturas.
La verdad que lo que más me interesó fue la biografía de Norman Maurer, autor de los tres primeros comic-books que trae el broli: el tipo era dibujante, socio de Joe Kubert, y a raíz de que la editorial St. John lo puso a dibujar estas historietas, el tipo conoció a los Tres Chiflados, se puso de novio con la hija de Moe y se casó con ella. Y no sólo eso: años más tarde se convirtió en el manager del trío y hasta llegó a producir y dirigir algunas de sus películas, ya de la última (y bastante patética) etapa. Una historia realmente increíble.
Como historietista, Maurer es un Bill Elder de la B Metropolitana, o un Sheldon Mayer de la B Nacional. Correcto, esmerado, pero para nada genial. Sus aventuras, protagonizadas por Moe, Larry y Shemp, nos muestran a los Chiflados como tres tarados con mucha suerte. En todas ellas aparece un personaje al que Maurer labura muchísimo: el avechuchesco Benedict Bogus, que urdirá planes para estafar a los Chiflados y quedarse con guita o propiedades. La suerte y las casualidades más improbables jugarán siempre para los Chiflados y Bogus terminará siempre tan pobre como empezó. Esa es la dinámica que movilizará a estas historietas, que lamentablemente están reproducidas de revistas impresas en los ´50, con el color, la tipografía y los puntos de impresión de aquella época. Esto mismo, laburado a partir de mejores materiales de reproducción, seguramente se vería bastante más lindo, y hasta más moderno.
Lo más flojo de esta mitad del tomo son las breves historietas de Lil Stooge, un nene cualquiera, sin ninguna conexión con los Chiflados, que vive mini-aventuras no muy distintas de las de Tubby, el amigo de Little Lulu, ambientadas en un barrio cualquiera de EEUU. No sé por qué Maurer firma estas historietas con pseudónimo, porque los dibujos son iguales o mejores que los de las historietas de los Stooges. Será por lo intrascendente de los guiones, digo yo...
La segunda mitad del tomo ofrece tres comic-books de principios de los ´60, cuando los derechos de la franquicia los tiene la editorial Dell y cuando el trío –ya en decadencia- está integrado por Moe, Larry (ya veteranos, bastante baqueteados) y Curly Joe. Es la época en la que los Chiflados se dedican a hacer largometrajes y shows en vivo, mientras en la tele se emiten una y otra vez los 190 mediometrajes en blanco y negro que originalmente se proyectaban en los cines. Guiados por un autor bastante mediocre llamado Pete Alvarado, los Chiflados del comic trataban de hacer lo que los de carne y hueso ya no podían hacer por estar viejos y chotos: guerra de pasteles, guerra de manguerazos disfrazados de bomberos, luchas con boxeadores pulentosos, gorilas y osos, gente que atraviesa vidrios y los hace añicos... todas cosas que eran moneda corriente en los cortos con Curly (y por ahí con Shemp) y después se dejaron de ver. Por supuesto, además de ser viejos y remanidos, los chistes no tienen la misma gracia dibujados que actuados por gente de carne y hueso. Y tampoco ayuda el dibujo de Alvarado, chato, obvio, falto de imaginación. Estas historietas también están levantadas de publicaciones de la época, pero aparecen mucho mejor impresas, más limpitas, más nítidas que las de Norman Maurer.
La excelente calidad de la edición de Papercutz, las tapas duras, el papel de primera, incluso los muy buenos dibujos de Maurer, no alcanzan para ocultar lo evidente: estas son historietas pensadas para ser vendidas como merchandising de los Tres Chiflados a pendejitos con bajísimo nivel de exigencia, que caían al kiosco muy cebados por las desopilantes animaladas que les veían hacer en la tele (o el cine) a estos íconos del humor del Siglo XX. Leídas en frío, y más de 50 años tarde, no es mucho lo que te pueden aportar.
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9 comentarios:
yo en un suplemento de periquita tengo una de los tres chiflados en el viejo oeste (?) en la que tienen de mascota un zorrino llamado elvis (??)
Andres, para cuando un nuevo libro de comics? o nuevamente las revistas comiqueando?
Por ahora no tengo pensado hacer ninguna de las dos cosas, Anónimo.
La Comiqueando sigue, pero en su versión online, que en Marzo se renueva por completo y empieza a festejar sus 10 años, que se cumplen en Noviembre.
Revista en papel, por ahora no vamos a hacer.
Andrés, vos pedias todo con amazon no? Te pagas cada envió por separado o compraste el 'Prime'? Si es así, cuanto te cuesta?
No sé qué es el "Prime", Anónimo...
Pero sí, compro casi todo el material yanki a través de Amazon...
El envío me lo están cobrando alrededor de u$ 5,50 por libro.
Es un servicio que 'supuestamente' pagas 80 dólares por año, y todos los envíos son gratis y mucho más rápidos. El tema es que no estoy seguro si funciona para Argentina tambien.
http://www.amazon.com/gp/prime/signup/videos/ref=gno_joinprmlogo_combined
Ah, parece interesante...
Voy a investigarlo.
Gracias por el dato!
Hachazo para Saucer Country, el 'nuevo' ongoing de Vértigo que comenzó a mediados del 2012. Termina en abril con el número 14.
Lo escribía Paul Cornell y sin ser un clásico era una lectura mensual más que divertida e interesante.
Didio me cago en tu vieja.
Uh, qué mala noticia...
Yo tengo pedido el primer TPB, en algún momento me llegará y lo leeré.
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