Mis dibujantes mexicanos favoritos son Tony Sandoval (que vive y publica en Francia) y Humberto Ramos, que vive en México y publica mayoritariamente en EEUU. ¿Y el resto? Hay muchísimos más. Un porcentaje muy amplio, lamentablemente, tiene como única meta insertarse en el mainstream yanki, como lo hiciera Ramos hace 20 años, y para eso están dispuestos a no ser autores de comic sino meros dibujantes, tipos que –con un buen billete mediante- dibujan sin chistar lo que inventan otros tipos, sin ningún control y casi ningún derecho sobre esas obras. Otros artistas mexicanos trabajan para el mercado local, dominado por publicaciones muy baratas, de gran masividad y nefandas cualidades, llamadas “los sensacionales”. Al lado de los sensacionales, la peor época de Columba parece la Pilote de los ´60, cuando la dirigía René Goscinny.
Mientras tanto, en las márgenes, sobreviven (como en casi todas partes) proyectos más chiquitos, menos ambiciosos, capitaneados por los propios dibujantes y guionistas, que además se proponen ser autores, es decir, decidir ellos qué temas tocan, en qué estéticas se enrolan y demás. Lo que no se puede hacer en una antología como esta es decidir cuántas páginas dura tu historieta. En 88 páginas conviven 16 historietas, con lo cual deducirás que son todas muy, muy breves. Veamos qué se puede rescatar.
La primera historieta, El Libro, de Bernardo Fernández, es un magnífico homenaje a Watchmen, con excelentes dibujos. La siguiente, de Jesús Antonio Hernández, es apenas el preludio a una saga, o sea que a nivel guión no aporta casi nada. El dibujo, muy logrado, en una onda tipo Travis Charest. Le sigue otra aventura demasiado breve, con un muy buen trabajo de Renato Guerra, especialista en tramas mecánicas. El Valle de los Leprosos, de Juan Carlos Silva, prescinde del virtuosismo para transmitir con más fuerza un mensaje muy grosso, muy impactante. Fatal Error, de Patricio Betteo también es demasiado cortita, con un dibujo hermoso, que se disfruta a pleno. Ramón Salas, autor de El Código del Guerrero, no dibuja mal, pero tiene serios problemas en la narrativa. Y todo lo contrario sucede con Eva Cabrera, autora de La Leona, limitada como dibujante pero muy canchera a la hora de la puesta en página y el armado de las secuencias.
Las Voces del Tiempo es una de las mejores historietas del tomo y es obra –lógicamente- de una dupla integrada por un guionista (Ernesto Yip) y un dibujante (Hugo Arámburo). Ciencia-ficción de alto vuelo, finoli, con mensaje. Le sigue una historia muy floja y después Black Rain, con otra dupla autoral en la que sobresale el trabajo de Raúl Valdés, un dibujante muy interesante. Me salteo otra historia cortita y menor para llegar a la notable El Otro Efecto Mariposa, otro punto alto en la antología, escrita por RG Llarena y dibujada por Axel Medellín. La siguiente historieta no me aportó mucho desde el guión y se nota que era a color y sufrió mucho el paso a blanco y negro. Pero me sirvió para descubrir a Augusto Mora, un dibujante descomunal, grossísimo, además de muy sólido a la hora de la narrativa. Quiero más historietas de este monstruo. Me salteo otras dos historias muy flojas para llegar a la última, El Unico Dios, otra de ci-fi, con un guión atrapante (de Abraham Martínez) y un dibujo muy bueno de Miguel Mora, al que se le nota un poquito el laburo con fotos, pero las logra integrar muy bien a su grafismo.
El balance general de Comikaze es muy positivo y espero que en los años transcurridos (esto es de 2009) estos autores (o por lo menos los buenos) hayan logrado afianzarse, generar obras más extensas, llegar a un público más amplio que les permita vivir de su talento y sin renunciar a la facultad de hacer lo que se les canta. Por ahí es una quimera, pero bueno, es mi deseo. Ojalá la historieta mexicana siga firme en un camino de búsqueda, de no quedarse y sobre todo de no aislarse, de no esconderse dentro de sus fronteras ni disfrazarse de comic yanki o europeo. Acá hay muchos autores que tienen mucho talento para volcar en propuestas distintas, originales, para nada tributarias de lo que ya se vio mil veces. Ojalá los dejen.
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2 comentarios:
Andrés, ya que lo citás, cuál te parece la mejor obra de Humberto Ramos? Vale mencionar más de una.
Saludos!
Ehhh... creo que la que más me gusta es Revelations. Pero tiene muchas grossas.
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