el blog de reseñas de Andrés Accorsi

viernes, 17 de febrero de 2012

17/ 02: A GOD SOMEWHERE

La puta madre, qué injusto es el mundo! ¿Cómo puede ser que nunca en la vida haya oído a ninguno de mis amigos comiqueros hablar de este libro? ¿Por qué tuve que juntar coraje para pedírmelo, como quien se juega su última ficha de 100 mangos a Pares o Impares en la ruleta? En un mundo más justo, todos (no sólo los que leemos comic yanki, sino TODOS) deberíamos estar con las bolas al plato de tanto escuchar hablar de A God Somewhere, de los premios que ganó, de sus connotaciones religiosas y sociales, de su tratamiento único y osado al ya clásico tópico de “superpoderes en el mundo real”, y por supuesto, del miedo que genera la posibilidad de que DC saque precuelas y secuelas o –peor aún- que a alguien se le ocurra convertirla en un largometraje con actores choto y edulcorado.
Sí, ya sé: Miracleman lo hizo antes y seguro lo hizo mejor. Pero acá, a John Arcudi y Peter Snejberg se les ocurren un montón de ideas que a Alan Moore no se le ocurrieron cuando escribió Miracleman, o incluso Watchmen. Hasta la mitad de la novela, ponele que sí, que A God Somewhere podría ser tildado de “Miracleman de la B Nacional”. Pero la segunda mitad, cobra un rumbo que Miracleman ni siquiera llega a sugerir y se va bien, pero bien a la mierda.
Como la novela que comentamos ayer, A God Somewhere te hace comer varios amagues a la hora de definir quién corno es el protagonista. Al principio es la historia de tres amigos, después Arcudi te hace creer que es la historia de Eric Forster y al final queda bastante claro que es la historia de Sam Knowle, el personaje con el que más se identifica el lector y al que mejor trata el guionista. Porque –no soslayemos un dato importante- esta es una historieta tremenda, descarnada, jodida, truculenta, perturbadora, dura como esos fouls que hacía el Cabezón Ruggeri en la puerta del área. Y si bien tiene momentos lindos, distendidos, de sana comedia juvenil, los personajes protagónicos la pasan mal. Muy mal. No son los únicos, claro. Arcudi reparte duro y parejo y nos ofrece hermosas masacres en las que la gente (y los cachos de la gente) vuelan por el aire, desmembrados por una ráfaga de balas, una explosión, o un tipo con superpoderes que no tiene ningún reparo en matar a ningún mísero mortal.
¿Cómo cambia un tipo común y corriente, copado y decente, el día que recibe los poderes de un dios? ¿De la noche a la mañana, o gradualmente? ¿Mucho o poco? ¿Qué lo impulsa a ayudar al prójimo y no a decir “ratas patéticas, yo tengo el poder y el que no quiera ser mi esclavo será mi víctima”? ¿Cómo se altera su entorno, la vida de sus seres queridos? ¿Cómo reaccionan los políticos y militares, que son los que creen detentar el único y legítimo poder? Y si es un dios, ¿da para venerarlo como los católicos veneran a Jesucristo y el resto de las religiones a sus respectivos mesías, profetas, etc.? Arcudi se juega la vida y responde a todas esas preguntas de un modo totalmente inesperado y definitivamente impactante.
El dibujo corre por cuenta del gran danés Peter Snejberg, en el que probablemente sea el mejor trabajo de su carrera. Gore fuera de control, violencia al recontra-extremo y genocidios estremecedores por un lado, y por el otro climas realistas, creíbles, escenas tranqui repletas de gente normal que hace cosas normales. Y como constante en uno y otro polo, el dominio cancherísimo de la anatomía, la iluminación, las expresiones faciales y la composición tanto de la viñeta como de la página en su totalidad. Snejberg apuesta fuerte y le salen todas bien. Un laburo absolutamente consagratorio para este monstruo nunca bien ponderado.
Esto, amigo viñetófilo, roza la categoría de Historieta Perfecta. Puesto a criticarle algo, se le nota un poco en su estructura, en su extensión y en cómo están organizadas las escenas, la intención de que A God Somewhere algún día se convierta en una peli de Hollywood. Pero es una boludez, una nimiedad que no opaca en lo más mínimo la apabullante calidad de esta novela gráfica. Ah, no la etiqueto como “Vertigo” porque Vertigo simplemente reedita A God Somewhere desde que desapareció el sello WildStorm, que fue el que la publicó por primera vez. Papa hiper-fina.

8 comentarios:

Eibel dijo...

Ya salgo a buscarlo....

Reznor dijo...

Por que no se le dio nunca bola a la aptrulla condenada de John Arcudi? Tengo los dos primeros numeros y son muy buenos

Andres Accorsi dijo...

Nunca lo sabré. A mí también me parecía una muy buena vuelta de tuerca para la Doom patrol, en un momento en el que había que ser MUY valiente para hacerse cargo de una serie así.

Anónimo dijo...

Medio exagerada esta reseña te quedo, Andres, es mas o menos lo mismo que hace Warren Ellis con esas historietas bizarras tipo Black Summer o Supergod, sin ir mas lejos es basicamente AKIRA, con un dibujante Risso wannabe.
Pulgares abajo.
SI tus reseñan fueran los comics de Spiderman, esta seria tu One more Day.
Besos.

Andres Accorsi dijo...

Nunca leí Black Summer o Supergod, Anónimo. Akira la leí y me parece que va bastante para otro lado.
Y lo del Risso wannabe... estás drogado, me parece. Si a cada a tipo que se copa con el claroscuro le vamos a colgar ese cartelito, estamos en el horno. Al maestro Snejberg lo sigo desde antes que Risso se hiciera conocido en EEUU y siempre dibujó en el mismo estilo (aunque nunca a este nivel).
Dicho todo esto, tenés todo el derecho del mundo a no compartir los términos de la reseña y/o a no dar un mango por los comics con los que yo me prendo fuego...

Cris dijo...

interesante che.. ¿este comic, y otros de vertigo, se consigue en comiquerias o solo por internet?

Andres Accorsi dijo...

Yo se lo encargué a un dealer, pero en una de esas alguna comiquería lo tiene. La verdad que ni idea...
Lo cierto es que cualquier comiquería que tenga acceso al material del Previews tendría que poder ofrecerte cualquier publicación de Vertigo.

Anónimo dijo...

Se consigue en Español, lo publico Norma Editorial.