el blog de reseñas de Andrés Accorsi

sábado, 18 de febrero de 2023

SÁBADO DE CARNAVAL

Retomamos el formato habitual del blog, es decir, las entradas en las que reseño más de una publicación. Empiezo en EEUU en 2017, cuando el inolvidable maestro Richard Sala lanza una de sus últimas obras, The Bloody Cardinal. Se trata de una novela gráfica relativamente corta (menos de 100 páginas, de las cuales unas cuantas son ilustraciones supuestamente tomadas de un libro que tendrá mucho peso en la trama), en la que además la inmensa mayoría de las páginas tienen tres o cuatro viñetas, y ninguna tiene más de cinco. O sea que es una lectura ágil, no sé si calificarla de "liviana" porque el argumento es heavy, pero sí que permite ser consumida en un tiempo bastante más breve que el que requieren otras obras del ídolo que se nos fue en 2020. The Bloody Cardinal es una de misterio hard boiled, en la que muere gente a rolete. Nunca me imaginé que Sala iba a matar a tantos personajes de los que presenta en estas páginas. La muerte y la violencia son protagonistas indiscutidas en esta trama de suspenso, que gira en torno al legado de un criminal implacable y sanguinario, que supuestamente está muerto pero dejó muchas pistas acerca de dónde están enterrados sus cuantiosos botines. Trini Toledo y Kowka Lubchik serán quienes lleguen más cerca de las respuestas que todos buscan, y esta última, junto con Odile Elias, serán las dos que reciban más atención y más "desarrollo" por parte del autor. Desarrollo entre comillas, porque la verdad que Sala no tiene mucho espacio para indagar a fondo en la psiquis y las motivaciones de ninguno de los personajes, primero porque son muchos, segundo Francia, tercero porque -como vimos- es una obra relativamente breve, y cuarto porque el vértigo que imponen la acción y la machaca hace casi inviable un espacio de introspección para los personajes. Aún así, la vuelta que le pega sobre el final a Odile es, no solo asombrosa, sino también genial. Como suele suceder, cualquier magia que tire Sala en los guiones empalidece irremediablemente frente al placer inenarrable que transmiten su trazo, su coloreado y su caligrafía. Una vez más ajustado a una grilla recontra-clásica, el maestro propone un ritmo narrativo dinámico e hipnótico, capaz de sumergirnos en la historia y convertir en verosímil la más disparatada de las bizarreadas. No cuesta nada convencerse de que ese mundo hiper-estilizado que retrata Sala es, de hecho, el mundo real. Y la verdad que, a pesar de estar poblado de freaks y abominaciones varias, el mundo de Sala es infinitamente más bello que el nuestro, porque su dibujo irradia esa luz, ese encanto, esa elegancia, esa expresividad... todas esas cosas que lo hacen absolutamente único, y a la vez sumamente accesible incluso para el lector que no está muy curtido en las lides de la narrativa secuencial. O sea que, fuera de la "contra" de que la lectura dura poco, The Bloody Cardinal es un comic atrapante y por momentos brillante, difícil de olvidar por la calidad del dibujo y la arrolladora ola de violencia que recorre sus páginas como un tsunami, sin llevarse puesto al misterio que Sala pone en el centro de la trama. Muy recomendable.
Me vengo a Argentina, año 2022, cuando se edita Frágil, una historieta de Tomás Wortley y Franco Viglino (la dupla de El Principito y Peter Pan y Wendy) que fue realizada en sistema de lectura oriental para participar en un concurso internacional de manga. Se trata de un relato breve (menos de 50 páginas), que también se lee rápido, en este caso porque unas cuantas secuencias carecen totalmente de textos y están narradas a través de la acción y el dibujo. Un dibujo realmente exquisito, donde Viglino se luce con un notable manejo del blanco y negro (más algunos grises aplicados en el photoshop) y donde da rienda suelta a su pasión por el manga más aventurero. Además de todas esas escenas de acción trepidante, muy bien narradas por los autores, Frágil tiene una arista más poética, más intimista, más humana. No es un comic de machaca, sino un comic de vínculos entre personas, con machaca. Por momentos me hizo acordar a Joe the Barbarian (la obra de Grant Morrison y Sean Murphy que vimos allá por el 25/02/14), pero mejor, porque aquella se me hizo interminable y esta no, esta se lee en dos pedos y se disfruta de punta a punta. Frágil es un manga de autores argentinos que se le puede recomendar tranquilamente a los fans del shonen, a los fans del manga más adulto, o más sofisticado, y por supuesto a los fans de la buena historieta argentina. De nuevo, es cortito y dura poco, pero no tiene relleno ni pelotudeces de esas que a veces encontramos en los tomos de mangas en los que leemos 200 páginas y no nos cuentan prácticamente nada. Acá hay ternura, belleza, peleas de alto impacto y una mezcla entre una realidad opresiva y una fantasía descontrolada lograda con verdadera maestría. Y un personaje carismático y conmovedor (Francisco) que ojalá vuelva en una futura colaboración entre Tomás y Franco. Nada más, por hoy. Ni bien tenga leídos un par de libritos más, nos reencontramos con nuevas reseñas acá en el blog.

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