el blog de reseñas de Andrés Accorsi

martes, 5 de septiembre de 2023

SEIS AÑOS TARDE

Hoy tengo para reseñar dos libros que comparten la misma fecha de publicación original: el año 2017. A fines de Junio había arrancado con Indigno de Ser Humano, un manga de Junji Ito en el que el ídolo adapta una novela de Osamu Dazai, y el Vol.1 (ver reseña del 29/06/23) me había parecido una maravilla. El segundo me pareció todavía mejor: esta vez la trama deja un poco de lado la política para meterse mucho más en el mundo del arte, ya que el protagonista, Yozo Oba, incursionará tanto en las artes plásticas como en la historieta... mientras continúa su descenso a los abismos de la desolación. Junji Ito encuentra a fuerza de ingenio y talento un montón de oportunidades para recordarnos que, aunque encare una obra seria, dramática, de corte existencialista, mantiene intacta su habilidad para conjurar imágenes pesadillescas, dibujadas a un nivel devastador. Indigno de Ser Humano es un viaje al fondo de la psiquis de un tipo arruinado por la vida, por su propia venalidad. Un espiral (como los de Uzumaki) hacia el infierno del alcoholismo, que suma elementos de sexo, traiciones entre amigos, fantasmas del pasado, familias destruidas, sueños pisoteados y la salud de Yozo, que ya para el final del tomo es lastimosa. Repito: todo esto contado en serio, en un tono muy dramático, muy realista, con alguna mínima pincelada de comedia y una onda cruda, descarnada, ideal para contar una historia en la que la esperanza, el amor, la integridad y la felicidad tienen cada vez menos cabida a medida que pasan las páginas. Es un verdadero placer acompañar a estos personajes en su viaje hacia el horror, ver cómo se retuercen sus vínculos, como se corrompen sus sueños, cómo la frustración se los come crudos y cómo el escabio incumple la promesa de apagar por un rato ese fuego infernal que los consume. Este es un manga adulto en serio, jodido como enema de chimichurri, que te deja en un estado entre reflexivo y triste, pero que sin dudas te altera, te cambia, te pone en un lugar donde seguro nunca estuviste antes... a menos que tu vida haya sido tan conflictiva y zigzagueante como la de Yozo Oba, en cuyo caso te hago llegar mi compasión y mi solidaridad. ¿Recomiendo este manga? Lo recontra-recomiendo. De hecho ya se convirtió en mi obra favorita en toda la bibliografía de Junji Ito. Posta, es un orgullo que en Argentina se publiquen historietas de esta calidad. Y encima la edición de Ivrea es excelente, con una traducción brillante de Damián Gaggero. Entrale con todo, no te vas a arrepentir.
Salto a Croacia, donde los maestros Darko Macan e Igor Kordey producen para el mercado francés el primer álbum de Marshal Bass, una serie ambientada en el Oeste de los EEUU en el año 1875, poco después de la abolición de la esclavitud. La trama del álbum gira un poco sobre eso: ¿qué hacen los negros ahora que no son más esclavos? El protagonista, River Bass, va a aceptar una oferta para ponerse la camiseta de la ley y el orden, y su primera misión va a consistir en desarticular una peligrosa banda de criminales, integrada por ex-esclavos. Un negro se va a jugar la vida para que otros negros no aterroricen a todo el estado de Arizona, en una aventura repleta de acción, giros inesperados y diálogos espectaculares. Se nota mucho que Macan y Kordey pensaron esta serie a largo plazo, para hacerla durar un montón de álbumes (en Francia sale mañana el Vol.10): el protagonista está muy bien trabajado, y entre los secundarios se destaca su esposa, que si bien tiene un rol menor, se lleva varios de los mejores diálogos del tomo. Macan además maneja muy bien el formato: tiene 56 páginas para trabajar y la historia que presenta calza perfecto en esa extensión, sin estirar y sin comprimir. Toda la narración fluye a un ritmo alucinante, que te cautiva, te engancha y te impide soltar el libro hasta el momento en el que llegás a la última viñeta. Buena parte del mérito le corresponde también a un Kordey en estado de gracia, un dibujante sublime, que está en su mejor momento. Kordey logra ponerle al clásico dibujo de aventura realista ese filo al borde del grotesco que caracterizaba, por ejemplo, a Richard Corben. Sus personajes son hiper-expresivos y sus escenas de violencia realmente estremecedoras. Cuando dibuja multitudes, cuando dibuja paisajes, cuando dibuja combates, prácticamente no hay una sola página de Marshal Bass en la que el dibujo del croata no te quite el aliento, no te haga que te agarres la cabeza y digas "no puedo creer lo que estoy viendo". Kordey te bombardea con cátedras de virtuosisimo en cada rostro, en cada detalle, en esas texturas que parecen de Andreas, en esas angulaciones que -de nuevo- nos remiten a Corben. No tengo dudas de que incluso si no te interesa el guion, o incluso si no te gusta el western, Marshal Bass te puede atrapar simplemente con la fuerza del trazo de un Kordey demoledor, muy por encima de la media de lo que se ve habitualmente en este tipo de BD de aventura más o menos clásica. Y bueno, ahora a tratar de conseguir los otros álbumes de esta serie, de la que ya me hice hardcore fan. Nada más, por hoy. Nos vemos en Córdoba, en Docta Comics, entre el jueves 7 y el sábado 9, y si no, seguro nos reencontramos pronto con nuevas reseñas, acá en el blog.

No hay comentarios: