el blog de reseñas de Andrés Accorsi

lunes, 31 de julio de 2023

AL FILO DEL FIN DE MES

Se termina otro Julio intenso, y llego justo a tiempo a postear una vez más, las reseñas de los últimos libritos que tuve oportunidad de leer. Empiezo en Inglaterra, año 1979, cuando en el semanario 2000 A.D. se empieza a serializar ABC Warriors, una creación del maestro Pat Mills por la que (en esta primera etapa) pasarán dibujantes de la talla de Kevin O´Neill, Dave Gibbons, Brendan McCarthy, Mike McMahon, Carlos Ezquerra y Brett Ewins. Algunos van a aportar muy poquitas páginas y a otros los vamos a ver dibujar a los pedos, o en los albores de sus carreras, siempre lejos de su mejor nivel. Por lo menos en la faz gráfica, los resultados que exhibe este libro no están ni cerca de las expectativas que generan los nombres involucrados. Dentro de la decepción, McMahon es el que sale mejor parado. Y por ahí Gibbons, en segundo lugar. Pero todos tienen trabajos mucho mejores sin salir de la 2000 A.D.. Los guiones de Mills son entretenidos, muy violentos, con algunos diálogos graciosos, pero lo que falla -a mi criterio- es la estructura de la serie. Primero, el tema de los episodios de seis páginas con un continuará muy marcado, verdaderos cliffhangers, cuyo impacto se pierde con los constantes cambios de dibujante. Por ahí leídos de a seis páginas por semana no se nota tanto, pero en la recopilación se notan el caos y la redundancia. Y después la forma en que presenta la saga: en vez de arrancar con el equipo ya formado, Mills se manda para adelante con apenas tres personajes (Hammerstein, Happy Shrapnel y Joe Pineapples) y en cada una de estas primeras aventuras veremos cómo reclutan a uno de los miembros que faltan (hasta llegar a siete, por eso el tomo se llama The Meknificent Seven). En todos los casos se repite una misma fórmula: el personaje nuevo primero confronta con el grupo, luego es derrotado (casi siempre por Hammerstein) y finalmente se suma a los ABC Warriors tras jurarle lealtad al líder. Con el equipo ya completo, se viene un arco argumental bastante extenso ambientado en Marte (pensé que me iba a gustar más) y el álbum termina con tres episodios en los que los ABC Warriors prácticamente no aparecen: 18 páginas de presentación de quien será su próximo oponente... en un libro que no tengo y no sé si existe. Acá hay muy bienvenido cambio en el ritmo del relato, con mucha atención para presentar a George como un personaje atractivo y complejo, no como un mero obstáculo al que Hammerstein y los suyos van a eliminar en seis páginas de combate al palo. Así que me quedé con ganas de ver cómo se resuelve el plot de George. Una pena, porque cuando la cosa se pone un poquito mejor, se termina. Igual estuvo bueno que, en su línea de tomos recopilatorios de material de la 2000 A.D., DC publicara el inicio de esta legendaria serie de Pat Mills. Sigo a la caza de más tomos de esa breve pero muy lograda colección.
Me voy a Japón, año 2015, cuando Usamaru Furuya (a esta altura, un fetiche de este blog) publica Quiero ser Asesinado por mi Alumna, un manga cuyo primer tomo se editó hace no mucho acá en Argentina. De nuevo, el dibujo no me convenció. No es choto, pero no está al nivel de lo que vimos en otros trabajos de Furuya. De todos modos no es óbice para disfrutar de lo más interesante que tiene este manga, que es el argumento. ¿Querés problemas mentales? Acá tenés un tipo de 34 años que se calienta con la fantasía de ser estrangulado por una chica de 16, y no cualquier chica, sino una que sufrió violencia intrafamiliar en la infancia y desarrolló una segunda personalidad, más áspera y jodida, que emerge cuando la personalidad "principal" entra en crisis. Por si faltara algo, esta chica es muy amiga de otra colegiala que sufre un trastorno de comportamiento que le impide interactuar en grupos, percibir los sentimientos o emociones ajenas o expresar los propios. Además, tiene una inteligencia infinitamente superior a la del resto de los alumnos de la secundaria a la que asiste. No pasa mucho más en este primer tomo, fuera de la presentación de los protagonistas y del plan de Haruto para encontrar la muerte a manos de Maho, en parte porque Furuya decide plantear el conflicto desde el punto de vista de cuatro personajes distintos. Sobre el último tercio del tomo, la trama empieza a avanzar y sin dudas el suspenso y el enrosque logran un in crescendo notable, que logró ponerme nervioso. Furuya ya demostró que tiene una mirada única, sumamente perturbadora, acerca del mundo de los chicos y chicas que cursan la secundaria en Japón, con lo cual está todo dado para que el espesor de esta trama se vuelva asfixiante. Me llamó mucho la atención el hecho de que la edición argentina esté traducida al neutro (en este caso por Guadalupe Domínguez). Parte de lo que me hace disfrutar tanto los mangas de Ivrea que compro, leo y reseño en este espacio, es la traducción con modismos argentinos. Y acá los eché mucho de menos. Si fuera un manga de samurais, me chuparía un huevo leerlo en neutro. Pero esto, que busca todo el tiempo la complicidad de un lector al que le resulta familiar el entorno de los adolescentes y los profes del secundario, se disfrutaría más si los personajes hablaran como nosotros. Ojo: por ahí estoy hablando pelotudeces y la editorial Merci compró los derechos para distribuir esta edición en cuatro o cinco países más de Latinoamérica donde se habla un castellano muy distinto al nuestro. La verdad que no lo sé. Pero si es una edición sólo para Argentina, la decisión de traducir los diálogos al neutro me parece bastante desacertada. De todos modos, quedé enganchado con la historia, a la espera de la continuación. Y nada más por hoy. Recomiendo una vez más pasar por https://comiqueandoshop.blogspot.com/ y bajarse la Comiqueando Digital nº7 por menos de lo que vale una docena de facturas. Posta, vale la pena. Gracias y nos reencontramos el mes que viene, acá en el blog.

No hay comentarios: