el blog de reseñas de Andrés Accorsi

lunes, 5 de mayo de 2025

NOCHE DE LLUVIA

Llueve, es lunes, tenemos un gobierno de ultraderecha... Nada puede ser más desolador... Bueno, sí, podés ser hincha de Gimnasia... Vamos con un par de reseñas, a ver si levantamos... Siempre le tuve ganas a Del Mismo Lado y recién hace un tiempito lo pude conseguir. Esta es una antología que armó la gloriosa editorial Toutain, con trabajos de los gloriosos Igor Kordej y Mirco Ilic, cuando Croacia todavía era parte de Yugoslavia y estos dos monstruos del Noveno Arte eran casi primerizos. Toutain juntó unas cuantas historias muy breves, en las que a veces Ilic trabaja como autor integral, y a veces escribe guiones para que los dibuje Kordej. Un rejunte de material totalmente anclado en su época (primera mitad de los ´80) que hoy nos resulta en poco alienígena, pero en 1987 era una carta de presentación más que atractiva para que el público hispanoparlante descubriera a autores yugoslavos que -a diferencia del más famoso, que era Enki Bilal- se habían quedado del otro lado de la Cortina de Hierro. Para no entrar en detalles innecesarios, permítanme una generalización medio grosera: muy flojos los guiones. Salvo alguno que otro muy puntual, son de un nivel aceptable para un fanzine, para una publicación de aficionados. En general son ideas que desencadenan un despliegue visual atractivo, pero que cuentan historias medio bizarras, medio crípticas, o medio intrascendentes, todas muy marcadas por esa sensibilidad ochentosa del miedo al totalitarismo, a un futuro que pintaba funesto, a la escalada nuclear que iba a terminar con todos nosotros... Nada que no hayamos leído 50.000 veces, con la firma de guionistas muchos más afianzados que este Ilic tempranero. Y la gracia está claramente en los dibujos. Cuesta diferenciarlos, es cierto, porque en esta primera etapa Ilic y Kordej compartían un universo gráfico en común... que por supuesto no habían inventado ellos, ni lo habitaban en soledad. Visualmente, esto está muy emparentado con el Moebius más sobrecargado de los años ´70, y con la estética ochentosa de los primeros trabajos de Miguelanxo Prado, o Das Pastoras, que sobrevivió hasta el Siglo XXI de la mano de autores como Guillermo Serafín (ver reseña del 05/09/12). En la forma que utiliza para narrar historias mudas, Ilic tiene también algo de Paul Kirchner. Y en Kordej se ve algo de la magia del mejor período de Solano López, que coincide con el momento en que se realizaron estas historietas. En materia de dibujo, no se nota para nada que Ilic y Kordej eran autores incipientes. Sí hay indicios de esto en la puesta en página, porque -como suele suceder en los historietistas novatos- a veces quieren narrar mucho en poco espacio y algunas páginas quedan sobresaturadas de viñetas, a su vez sobresaturadas de información visual. No tanto de texto, porque -astutamente- los ex-yugoslavos trataban de narrar sin palabras, para no complicarle la vida a los editores extranjeros que quisieran comprarles sus historietas. Más tarde, cuando ya se habían ganado un lugar en la Heavy Metal, o en la Zona 84, se largaron a trabajar con guiones más elaborados, historietas más extensas y mucha más presencia del diálogo y el bloque de texto. Pero acá, como táctica bastante efectiva para cautivar desde lo visual al potencial lector que no entendía los idiomas que se hablaban en la ex-Yugoslavia, eligieron callarse la boca, o incluso desarrollar un "alfabeto falopa" con caracteres indescifrables, para que los personajes hablaran en un algo que visualmente se ve como un idioma, pero no tiene traducción. Del Mismo Lado, entonces, funciona como un Año Uno, una historia de origen de Mirco Ilic e Igor Kordej, ideal para conocer sus primeros trabajos y ver cómo ya con menos de 25 años se dibujaban la vida. Los motivos por los que hoy son capos consagrados a nivel global no están en este libro, pero algo se intuye.
Nos vamos a EEUU, a mediados de los ´90, para completar el repaso por Batman & Robin Adventures, la segunda serie de comics basados en la mítica serie animada del murciélago. Este tercer tomo compila los últimos siete episodios de la colección, y el segundo Annual. Veamos con qué nos encontramos. En el primer episodio (nº19), Ty Templeton hace trampa y pone en el foco a un personaje que nunca apareció en la serie animada: The Huntress. Todo el guion es un refrito del origen de la heroína, trágico y oscurísimo, pero ambientado en el mundo de BTAS. Acompañan los dibujos aceptables de Brandon Kruse, y los colores, de nuevo muy estridentes, de Linda Medley. El mismo equipo creativo vuelve con un muy buen episodio, más livianito, de nuevo centrado en Batman y Robin, con bastante humor y mucho peso en la trama para la policía de Gotham. Después tenemos un numerito bastante menor de Batgirl contra el Riddler, con muy buenos dibujos del maestro Joe Staton, que se anima a alejarse cada vez un poquito más del molde visual impuesto por la serie animada. Después, Templeton se despacha con dos buenos guiones, enfocados en los villanos y con roles menores para Batman y Robin. Primero (junto a Kruse) le dedica un buen episodio a Two-Face, y después, junto a Bo Hampton, pone el foco en Killer Croc, en otro número memorable. Llega el turno del Annual 2, donde hace su única participación en los comics Hilary Bader, una guionista que supo dejar su marca en la serie animada, donde firmó grandes episodios. Acá cuenta una historia interesante, pero un toque estirada, y se ve ampliamente beneficiada por los dibujos de un Staton al que ya le dejaban hacer cualquier cosa, sin ajustarse demasiado a la estética de los dibujos animados. Algo similar pasa con Bo Hampton, quien va a dibujar los dos números finales en un estilo que está emparentado con el de BTAS, pero un poco menos que el de otros dibujantes que pasaron por esta serie (y su antecesora). En el nº24 tenemos el breve regreso de Kelley Puckett, con un muy buen episodio centrado en Poison Ivy (de nuevo con un rol muy chiquito para Batman). Y para el cierre, Templeton y Hampton nos traen un episodio extra-large de 38 páginas, en el que el Dúo Dinámico confronta una vez más con Ra´s al Ghul. Es una aventura con pretensiones épicas, pero -si bien tiene momentos impactantes- no es una gema, ni mucho menos. Ya está: no jodemos más con comics basados en la serie animada de Batman, aunque seguramente vamos a volver a visitar Gotham en un futuro no muy lejano. Nada más, por hoy. Ya estoy en pleno descenso hacia los abismos de la fecha de cierre de la Comiqueando Digital, así que voy a poder leer cada vez menos comics... pero ni bien pueda, reaparezco por acá con nuevas reseñas. Gracias y hasta entonces.

4 comentarios:

Nahuel2017 dijo...

Ojala algún día haya una nota en comiqueando sobre cómics de esa zona, me interesa sobre todo como se desarrolló el medio en la Unión Soviética

Respecto a lo de Batman, vas a leer los cómics de la serie animada de Superman? Escuche que autores como Mark Millar y Scott Mccloud hacen papa fina

Andrés Accorsi dijo...

Leí esa serie en issues, a medida que iban saliendo, y estaba buena. Pero no sé si me compraría los libros... Los tendría que ver a muy buen precio...

J. Bencomo dijo...

Igual puede que valga un vistazo a los Adventures Continue de Paul Dini. Que tienen algunas ideas emboladas como encajar a Jason Todd en una continuidad donde no calza, pero están bonitos y tienen buenos papeles para Harley, Superman y el mismo Jean Paul Valley.

Nahuel2017 dijo...

Ah mira vos eso nunca lo lei